CLEMENTE VIII (Papa)(1592-1605)

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El Año Santo del 1600 es uno de los que tiene mas participación de fieles, así como gran devoción de los peregrinos.


“Avisos de Roma”, un diario urbano de la época, refiere que el Año Santo (Jubileo) del 1600 con el Papa Clemente VIII es uno de los que ha tenido mas éxito tanto por la gran participación de fieles, como por la especial devoción de los peregrinos. Dos son las razones: el hecho de que la Iglesia católica comienza a recoger los frutos del Concilio de Trento y el clima de distensión que vivía Europa, después de tantos años de guerras y de divisiones. En Roma las instituciones de hospitalidad, creadas por las diversas Cofradías, desempeñaron un papel determinante, para resolver el problema del alojamiento y alimentación de la gran mayoría de los peregrinos, que eran pobres y no podían acceder a las estructuras normales de hospedaje.

Es leída la sentencia contra Giordano Bruno. Se le declara herético impenitente, pertinaz y obstinado.


El 8 de febrero es leída la sentencia contra Giordano BRUNO en donde se le declara herético impenitente, pertinaz y obstinado, es expulsado de la iglesia y sus trabajos son quemados en las escalinatas de la basílica de San Pedro. Es, pues, condenado a muerte por apostasía y violación de votos monásticos. El inquisidor del proceso es el teólogo jesuita Roberto Belarmino. Es famosa la frase que dirige a sus jueces: “Tembláis más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla”. Durante todo el tiempo es acompañado por monjes de la iglesia.

Giordano Bruno, morirá en la hoguera.


El 17 de febrero de 1600 -año jubilar, año de perdón-, Giordano BRUNO, con 52 años, es quemado vivo en el Campo de Fiori (Roma). Según dice la crónica de la época, llegada la hora de la muerte, gira el rostro cuando le acercan el crucifijo y muere gritando palabrotas. Todavía hoy, el monumento a Giordano BRUNO en la bellísima plaza de Campo di Fiori, en Roma, es visitado por las asociaciones de masonería italiana y de librepensadores que lo veneran como “el símbolo de la libertad de pensamiento frente a la intolerancia dogmática de la Iglesia”. Giordano BRUNO ha sido convertido en mártir de la ciencia por la defensa de las ideas heliocentristas, aunque hay que decir que la causa principal de su juicio fue la teología neognóstica, en donde negaba el pecado original, la divinidad de Cristo y por poner en duda su presencia en la eucaristía.