El 26 de Septiembre, americanos y franceses lanzan una ofensiva conjunta en tres fases conocida como Ofensiva Meuse-Argonne con el objetivo último de capturar el enlace ferroviario de Sedan y dejar sin provisiones a un gran número de tropas alemanas, en una primera fase hasta el 3 de octubre los americanos avanzan obligando a los alemanes a movilizar 6 divisiones de reserva para intentar pararlos, en una segunda fase hasta el 28 de Octubre los americanes barren 20 divisiones alemanas, y el 14 llegan a la linea Hindenburg y la sobrepasan. En una tercera fase que se detendrá sólo al final de la guerra tras continuos avances americanos, en total esta ofensiva supondrá 122.000 bajas para los americanos, puesto que Pershing aun insistía en la utilidad del ataque frontal, por 126.000 de los alemanes.

Entre el 27 de Septiembre y el 17 de Octubre los británicos y franceses lanzan una ofensiva en todo el frente y en ese periodo consiguen alcanzar y sobrepasar la línea Hindenburg por varios puntos capturando a más de 35.000 alemanes en Verdun.

Los belgas, bajo el mando del rey Alberto, atacan desde Yprés hasta el mar, ganando varios kilómetros, y empujando hacia atrás el frente alemán.

El 14 de Septiembre un ejército conjunto de serbios, griegos, francese, británicos y americanos ha lanzado una ofensiva que será conocida como batalla de Vardar, provocando una derrota aplastante a las fuerzas búlgaras, tan aplastante que el 29 de Septiembre los bulgaros piden un armisticio, tras esto los Balcanes quedan abiertos a la invasión aliada.

Ya en octubre de 1918 las tropas polacas comienzan a desarmar a los soldados alemanes y austríacos.

El general alemán Ludendorff admite ante algunos altos oficiales: “La dirección suprema del ejército y el propio ejército alemán están acabados. La guerra no se puede ya ganar; lo que tenemos inmediatamente ante nosotros es, en cambio, la derrota definitiva”. Pero ni él ni el Mando Militar Supremo quieren aceptar la responsabilidad de aquella derrota. Ludendorff propone por tanto al emperador “integrar en este momento en el gobierno a los principales responsables de que hayamos llegado tan lejos; ellos son quienes deben concluir la paz que habrá de firmarse ahora. Ellos tienen que tragar la sopa que nos han cocinado”. Se trata de una infame tergiversación de los hechos con el único propósito de salvaguardar al ejército de la vergüenza de la capitulación. Se ha de atribuir la responsabilidad de la derrota a los partidos, sobre todo al partido de los trabajadores alemanes, a los socialdemócratas. Y la estrategia de los generales tendrá éxito en perjuicio de la primera república alemana.

Debido a los reveses bélicos, en 1918, FERNANDO I de Bulgaria es obligado a abdicar en su primogénito, Boris que en la fecha sube al trono. Boris III nacido en 1894, es bautizado según el rito católico, aunque dos años después le harán abrazar la religión ortodoxa bajo la presión pública

Nombramiento del gobierno del príncipe Max von Baden. Consciente del agotamiento a que ha llegado Alemania, firma con los aliados la capitulación mientras la opinión pública cree que la victoria es inminente. Von Baden y su equipo serán denominados «los criminales de noviembre».

Los americanos, con tropas de refresco, avanzan a través del bosque de Argonne.

El presidente Wilson hace saber al Gobierno alemán que debe dirigirse al generalísimo Foch para establecer las condiciones de un armisticio.