CARLOS de Anjou -CARLOS I-, contando con la ayuda de la monarquia francesa, de los papas (de hecho, los Papas de la época son franceses) y de algunos barones sicilianos, se erige en rey de las Dos Sicilias (Sicilia: 1266-1282) (Nápoles: 1266-1285). A CARLOS de Anjou se le ha llamado el «tirano de las Dos Sicilias». Los seguidores de CARLOS de Anjou serán conocidos como «angevinos» y realizarán una política a favor de Francia y del Papado. Y, por tanto, contraria a los intereses del Imperio alemán y también de Catalunya. El nuevo monarca, que topa con la tradición gibelina de los sicilianos, no es bien recibido en la isla. Los Angevinos gobernarán despiadadamente Sicilia, agravando con tasas mezquinas al pueblo y sustituyendo en la administración del Estado a todos los funcionarios precedentes, con una oligarquía de poder, exclusivamente francesa, perpetrando todo tipo de vejación y prepotencia.
Palermo decaerá hasta ceder a Nápoles la función de Capital del Estado.
CARLOS I de Anjou (Rey de Sicilia 1266-1285)
Total de piezas: 18
CONRADINO de Suabia, hijo de Conrado IV, intenta recuperar la corona de Sicilia enfrentándose a CARLOS de Anjou. Es hecho prisionero.
Sólo queda un miembro de la dinastía, CONRADINO de Suabia, sobrino de Manfredo e hijo de Conrado IV quien intentando recuperar la corona de Sicilia se enfrenta en 1268, con sólo 15 años de edad, a CARLOS de Anjou, en la Batalla de Tagliacozzo. CONRADINO consigue huir del campo de batalla, pero traicionado es entregado a sus enemigos.
CARLOS de Anjou decapita a su prisionero CONRADO V, Conradino. Lo mismo hace con su mujer y con sus hijos.
CARLOS de Anjou decapita a su prisionero CONRADO V, Conradino. Lo mismo hace con su mujer y sus hijos.
PEDRO el Grande se convierte en la cabeza de todos los gibelinos italianos.
Los expatriados de la corriente gibelina se mueven, mientras tanto, por las diversas cortes europeas buscando aliados. Su objetivo es restaurar algún miembro de la familia Hohenstaufen en Sicilia. En este sentido intentan conseguir el soporte de Federico de Turingia. Éste, sin embargo, no puede ayudarlos. Entonces, depositan todas sus esperanzas en Catalunya y el Imperio Bizantino. Dos potencias mediterráneas que desconfían del imperialismo angevino y papal. De hecho, la rivalidad entre angevinos y catalanes renace en el centro del Mediterráneo, después del primer éxito de los franceses en Provenza. Pero ahora, la situación ha cambiado. Cuando JAIME I renuncia a Provenza, Catalunya estaba aislada y rodeada de enemigos y rivales (el papado, Francia, Navarra y Castilla). Ahora, en cambio, este asedio anticatalán subsiste, pero está contrapesado por una posible alianza de los catalanes con los sicilianos, los bizantinos y los alemanes. Además, ante la inhibición de Federico de Turingia, PEDRO el Grande se convierte en la cabeza de todos los gibelinos italianos.
El papa GREGORIO X reconoce emperador del SIRG -sin coronar- a RODOLFO I de Habsburgo.
El papa GREGORIO X reconoce emperador del SIRG a RODOLFO I de Habsburgo (fundador de la casa de los Habsburgo). GREGORIO X apoya decididamente la elección de RODOLFO I de Habsburgo como emperador, logrando al mismo tiempo calmar las desbordadas apetencias del rey de Nápoles, CARLOS I de Anjou quien tiene sus ojos puestos en el imperio. En contrapartida por el apoyo prestado a su elección, GREGORIO X obtiene de RODOLFO I la promesa de liderar una nueva cruzada… pero el Papa no llegará nunca a coronarlo.
ADRIANO V -papa- (11.7.1276-18.8.1276). Se trata de Otobón Fieschi, sobrino de INOCENCIO IV
ADRIANO V -papa- (11.7.1276-18.8.1276). Se trata de Otobón Fieschi, sobrino de INOCENCIO IV y noble genovés, fue elegido papa en un tumultuoso cónclave celebrado en presencia de CARLOS de Anjou. Muy enfermo dijo al conocer su elección: «Más vale un cardenal sano que un papa moribundo»
RODOLFO I de Habsburgo promete formalmente respetar la soberanía de los territorios de la Iglesia.
El Papa NICOLAS III, en un esfuerzo por reafirmar la independencia de la Santa Sede ante los poderes temporales que intentaban asfixiarla, se enfrenta a CARLOS I de Anjou, despojándolo de su cargo de senador de Roma. Conseguirá ampliar el estado pontificio con la marca de Ancona y la Romagna, que le serán devueltas al patrimonio de San Pedro por RODOLFO I de Habsburgo quien promete formalmente respetar la integridad y la soberanía de los territorios de la Iglesia. Hasta NICOLÁS III, no reside el papa de manera permanente en el Vaticano.
MARTÍN IV excomulga al emperador bizantino MIGUEL VIII Paleólogo.
A petición de CARLOS de Anjou, quien pretende hacer resurgir el Imperio Latino de Oriente establecido como consecuencia de la Cuarta Cruzada, MARTÍN IV excomulga, el 18 de noviembre de 1281, al emperador bizantino MIGUEL VIII Paleólogo con lo que provoca la ruptura de los lazos de unión que con la Iglesia Ortodoxa se habían establecido tras el XIV Concilio Ecuménico celebrado en 1274 en Lyón.
Cuando falta poco para que la flota dispuesta por PEDRO el Grande se haga a la mar, llega la noticia de la sublevación en Palermo.
CARLOS de Anjou no es un rey popular. Ha Llevado consigo a funcionarios franceses que tratan despóticamente a los sicilianos, y trasladado su capital a Nápoles, titulándose rey de Nápoles. Cuando falta poco para que la flota dispuesta por PEDRO el Grande se haga a la mar, llega la noticia de la sublevación en la capital siciliana Palermo contra CARLOS I de Anjou. De hecho, el 30 de marzo es Lunes de Pascua. Como de costumbre los palermitanos acuden a los prados que circundan la iglesia de S. Spirito, donde celebran la fiesta. Soldados franceses, a causa de la prohibición a los sicilianos de llevar armas, cacheaban a los hombres que participaban en la fiesta. Imprudentemente, querían realizar la misma cosa con las mujeres presentes, rebuscando en los vestidos. La reacción de los hombres fue inmediata ante tanto insulto. Los franceses presentes fueron despedazados y la chispa de la revuelta se propagó rápidamente por toda Sicilia. Pocos franceses sobrevivieron al exterminio y aquéllos que lograron conservar la vida fueron expulsados de la Isla. A esta sublevación se conoce con el nombre de «Visperas sicilianas» (Matanza que hicieron los sicilianos de 8.000 franceses, o angevinos, el lunes de Pascua de 1282 al toque de vísperas). Se dice que, para reconocer luego a los franceses disfrazados, les hacían decir el vocablo italiano «cicciero» cuya pronunciación es difícil a los extranjeros.
PEDRO el Grande es coronado rey de Sicilia (1282-1285) en la catedral de Palermo.
PEDRO el Grande es coronado rey de Sicilia (1282-1285) en la catedral de Palermo. Toda la isla se somete a su nuevo rey, aunque CARLOS de Anjou, refugiado en Nápoles, sigue proclamándose soberano legítimo.