Ante la insurrección en Texas a favor de su independencia de la República Mexicana, Antonio López de Santa ANNA se pone al frente del ejército mexicano para someter a los texanos insurrectos. Encabezando un ejército de unos 4.000 hombres y marchando en dirección Norte, el 23 de febrero de 1836 pone sitio a El Álamo, una vieja misión franciscana situada en San Antonio de Béjar en la provincia mexicana de Coahuila y Texas, (en la actualidad estado de Texas, Estados Unidos), donde se han reunido 187 texanos de origen norteamericano, suma de aventureros, jugadores y soldados. La misión del Álamo ha sido fortificada, pero a pesar de sus fuertes muros no es una fortaleza moderna preparada para resistir un asedio con artillería, y presenta varios puntos débiles. El jefe de la guarnición texana, coronel Neill, está ausente por motivos personales, por lo que el mando de la defensa lo comparten (no sin problemas) el teniente coronel William Barret Travis, por parte de las fuerzas regulares, y Jim Bowie, por parte de los voluntarios.
DAVID CROCKETT (Capitán del ejército, héroe de El Álamo)
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El capitán DAVID CROCKETT que nació en 1786 muere heroicamente en el fuerte del Álamo.
Una de las más deconcertantes consecuencias del frenético desarrollo histórico llevado a cabo por EEUU. en pocos siglos es la peculiar creación de sus héroes, que, perteneciendo todavía a un pasado próximo, se han transfigurado en mitos y se han convertido en «epopeya». Entre estos, los héroes de la «frontera» se han convertido en otros tantos símbolos de fuerza y coraje. Así, el capitán DAVID CROCKETT que nació en 1786 y murió heroicamente en el fuerte del Álamo, ha sido considerado como el prototipo del héroe alegre y fanfarrón, que bebe aguardiente y azufre, escupe como un terremoto y se puede tragar a un negro entero.
El Álamo resiste al ejército de Santa Anna doce días, y muere hasta el último hombre.
En el Álamo, el pequeño grupo que defiende la posición resiste al ejército de Santa Anna doce días, hasta la fecha, y muere hasta el último hombre. Los norteamericanos conservarán sus ruinas que serán conocidas como la «Cuna de la libertad de Texas», monumento nacional.
Sam Houston destruye las fuerzas mexicanas y captura al presidente mexicano Santa Anna.
Después de los hechos del Álamo, Sam Houston que estaba al frente de los texanos, organiza una fuerza de 750 hombres y consigue que 1.600 hombres de Santa Anna le persigan. Houston se retira hasta el río San Jacinto y espera a que las tropas mexicanas esten durmiendo la siesta para caer, en la fecha, sobre ellas por sorpresa. Gritando «Recordad el Álamo», los texanos destruyen prácticamente las fuerzas mexicanas en veinte minutos. El resultado más trascendente de la conocida como batalla de San Jacinto será la captura del general y presidente mexicano Santa Anna. Será obligado a firmar un tratado para recobrar su libertad y Texas accederá a la independencia. Sam Houston recibirá muchas críticas por no haber acudido a rescatar o ayudar a los defensores del Álamo. Sin embargo, él había ordenado la evacuación de la posición por considerarla indefendible pues consideraba que acudiendo con su reducido ejército a enfrentarse en campo abierto sólo conseguiría la destrucción de sus tropas, y que lo mejor era evitar el enfrentamiento hasta vislumbrar una aceptable posibilidad de victoria.