En la fecha, con la llegada al trono imperial del usurpador MAGNO MÁXIMO, el obispo ITACIO -con relación al priscilianismo- repite la maniobra que ha llevado a cabo ante Graciano, aunque con más energía, ya que añade al maniqueismo las acusaciones de brujería y explotación de mujeres. MAGNO MÁXIMO, deseoso de ganarse a la Iglesia, a su vez necesitada de amparo institucional para enfrentarse a los numerosos movimientos disidentes que la asedian (arrianos, rigoristas, binionitas, patripasianos, novacianos, nicolaitas, ofitas, maniqueos, homuncionitas, catáfrigos, borboritas, o los propios priscilianistas), convoca un concilio en Burdeos para tratar la cuestión. Éste se celebrará entre 384 y 385.
