En el año 1053, la latente hostilidad de la Iglesia de Constantinopla hacia Roma hizo crisis.


En el año 1051, la latente hostilidad de la Iglesia de Constantinopla hacia Roma hace crisis. CERULARIO acusa a la Iglesia occidental de herejía judaica por utilizar pan ácimo en la Eucaristía, comer carnes sofocadas, suprimir el aleluya en Cuaresma, ayunar el sábado, no llevar barba los sacerdotes, etc y amenaza con el cierre de las iglesias latinas de Constantinopla que no adopten el rito griego. La tensión va en aumento y la incomprensión se vuelve áspera. El emperador CONSTANTINO IX que es aún partidario de la alianza con Roma, pide al papa LEÓN IX que envíe sus legados a Bizancio, para resolver la cuestión.