LEÓN IX (Papa) (1049-1054)

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Papa León IXLeón IX, Papa de la Iglesia católica de 1049 a 1054. Nació en Eguisheim, Alsacia, actual Francia.

 

(Véase relación de todos los papas)

GUILLERMO Y ROBERTO , normandos, toman Benevento que pide ayuda al papa LEÓN IX.


A mediados del siglo XI el poder de los normandos -cristianos desde un siglo antes- se había extendido peligrosamente por el Mediterráneo. Por lo general mercenarios de príncipes de la cristiandad, estos guerreros hábiles y valientes hasta la temeridad, solían rebelarse contra sus contratantes y hacer la guerra por su cuenta. Dos hermanos, GUILLERMO y ROBERTO, se destacan por su capacidad guerrera y, hartos de luchar para otros, deciden hacerlo para sí mismos. Autoproclamado señor de Apulia, GUILLERMO, con la ayuda de ROBERTO, apodado el Zorro, señorean por Italia y, en el año de la fecha, toman Benevento que pide ayuda al papa LEÓN IX.

LEÓN IX -papa-. Alsaciano de origen. Enérgico reformador.


LEÓN IX -papa- (12.2.1049 – 19.4.1054). Alsaciano de origen. Se trata de Bruno, avezado militar y que además es obispo de Toul. Primo del emperador ENRIQUE III, Se ha hecho un nombre por su lucha contra la simonía y a favor de la reforma de las costumbres, cuando el emperador ENRIQUE III le elige papa.

LEÓN IX sólo se considera jefe visible de la Iglesia cuando es elegido en Roma según las reglas eclesiásticas.


LEÓN IX, que ha sido elegido por el emperador, sólo se considera jefe visible de la Iglesia cuando es elegido en Roma según las reglas eclesiásticas que rigen la elección de los papas. Un importante gesto con respecto a la antigua tradición de la libre elección. Serán sus consejeros HILDEBRANDO, nacido en Siena, que toma el hábito benedictino, Humberto de Silva Candida y Pedro Damián, cardenal y obispo de Hostia al que se le atribuyen más de sesenta obras algunas de ellas dirigidas a luchar contra la simonía, el nicolaísmo. Este pontífice será el verdadero iniciador de los grandes viajes papales, recorriendo numerosos países europeos y presidiendo sínodos en Pavía, Reims (1049), Maguncia (1049) y otras ciudades. Será uno de los papas más importantes de toda la Edad Media y los cinco años de su papado serán realmente decisivos.

La Iglesia necesita una reforma a fondo, y LEÓN IX la impulsa a través del movimiento cluniacense.


Lo que necesita la Iglesia es una reforma a fondo, y LEÓN IX la impulsará con energía llegando a deponer a varios obispos. El movimiento cluniacense, del que se nutre la Iglesia y que genera la mayoría de reformadores actuales, seguirá creciendo y floreciendo durante su reinado. En este tiempo sobresalen Raterio de Verona y Atón de Vercelli, que pueden ser considerados como los precursores de la reforma. Otro gran adversario de la simonía y del nicolaísmo de los sacerdotes es San Pedro Damiano, el cual exagera, sin duda, las sombras sobre el clero de su tiempo en el libro ofrecido a León IX en 1049: Liher Gomorrhianus. Por otra parte, LEÓN IX modificará el carácter del colegio cardenalicio aumentando el número de sus miembros y nombrando cardenales a algunos de sus consejeros. De ser ayudantes del Papa en el servicio divino, los cardenales pasan a ser colaboradores suyos en el gobierno de la Iglesia universal y electores de los Papas en el futuro.

LEÓN IX celebra un importante sínodo en Reims.


LEÓN IX celebra en la fecha un importante sínodo en Reims. El rey francés, ENRIQUE I, previendo la insistencia de LEÓN en la libre elección, prohibió a sus obispos asistir al sínodo, de modo que tan solo se presentaron veinte de ellos. No obstante, LEÓN siguió adelante con su plan. Los dos primeros cánones del sínodo fueron muy explícitos con respecto a las elecciones y a la simonía: “1º Que nadie sea propuesto para regir una iglesia sin la correspondiente elección por parte del clero y del pueblo y 2º Que nadie compre o venda órdenes sagradas, cargos eclesiásticos o iglesias”. El Papa exige saber si alguno de los obispos y abades presentes ha obtenido su cargo a cambio de dinero, y procede a condenar y deponer a quienes han hecho tal cosa. Esta es una extraordinaria y audaz demostración de su voluntad decidida de iniciar un nuevo orden de cosas.

LEÓN IX condena en un Sínodo en Roma las distintas doctrinas erróneas acerca de la Eucaristía.


En la fecha, enterado el papa LEÓN IX de las distintas doctrinas erróneas que circulan acerca de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, las condena todas en un sínodo celebrado en Roma. Este tema dará lugar a otros sínodos hasta el año 1080 en que casi nonagenario, fallecerá Berengario de Tours principal defensor de estos errores. Esta disputas, sin embargo, no tendrán repercusión alguna en la vida del pueblo. Desaparecerán a medida que irán desapareciendo sus valedores.

En el año 1053, la latente hostilidad de la Iglesia de Constantinopla hacia Roma hizo crisis.


En el año 1051, la latente hostilidad de la Iglesia de Constantinopla hacia Roma hace crisis. CERULARIO acusa a la Iglesia occidental de herejía judaica por utilizar pan ácimo en la Eucaristía, comer carnes sofocadas, suprimir el aleluya en Cuaresma, ayunar el sábado, no llevar barba los sacerdotes, etc y amenaza con el cierre de las iglesias latinas de Constantinopla que no adopten el rito griego. La tensión va en aumento y la incomprensión se vuelve áspera. El emperador CONSTANTINO IX que es aún partidario de la alianza con Roma, pide al papa LEÓN IX que envíe sus legados a Bizancio, para resolver la cuestión.

Los legados papales depositan una bula de excomunión de CERULARIO sobre el altar de Santa Sofía.


Pese a la buena disposición del emperador, nada puede hacerse en Bizancio porque el obstinado patriarca no quiere recibir a los legados pontificios y les prohibe, incluso, celebrar misa. Los legados papales depositan, en la fecha, una “bula de excomunión” de CERULARIO sobre el altar de Santa Sofía, frente a todo el pueblo reunido y se vuelven a Roma. Los legados esperan que CERULARIO se someta o que sea depuesto por el emperador. Pero se engañan. El pueblo está de su parte. Por otra parte, canónicamente, la excomunión lanzada por los Iegados pontificios carece de todo valor porque no han sido autorizados para ello y porque, habiendo muerto el Papa León IX el 18 de abril, los poderes de los legados caducaban ipso facto. La “bula de excomunión” es quemada en la plaza pública.