ROBERTO GUISCARDO (EL Zorro)

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GUILLERMO Y ROBERTO , normandos, toman Benevento que pide ayuda al papa LEÓN IX.


A mediados del siglo XI el poder de los normandos -cristianos desde un siglo antes- se había extendido peligrosamente por el Mediterráneo. Por lo general mercenarios de príncipes de la cristiandad, estos guerreros hábiles y valientes hasta la temeridad, solían rebelarse contra sus contratantes y hacer la guerra por su cuenta. Dos hermanos, GUILLERMO y ROBERTO, se destacan por su capacidad guerrera y, hartos de luchar para otros, deciden hacerlo para sí mismos. Autoproclamado señor de Apulia, GUILLERMO, con la ayuda de ROBERTO, apodado el Zorro, señorean por Italia y, en el año de la fecha, toman Benevento que pide ayuda al papa LEÓN IX.

ROBERTO Guiscardo (el Zorro) vencerá a los lombardos hasta ser borrados del mapa de Italia.


Alrededor de este año, el sur de Italia está dividido entre el ducado de Benevento, último vestigio de la presencia de los lombardos, que invadieron Italia cinco siglos antes, y las tierras más meridionales dominadas por el Imperio bizantino. Lombardos y bizantinos luchan entre ellos, y la confusión que sigue permite a los aventureros hacer fortuna. Los hijos de Tancredo de Hauteville, un caballero normando, se trasladan al sur de Italia y demuestran ser unos excelentes jefes de fuerzas mercenarias. El mejor de ellos es el cuarto hijo, ROBERTO, conocido en la historia como ROBERTO Guiscardo (el Zorro), que vencerá a los lombardos hasta ser borrados del mapa de Italia.

La alianza de la Iglesia con los normandos, cristalizará en el sínodo de Melfi de 1059.


El enfrentamiento con el Sacro Imperio, que la Iglesia ha provocado con las decisiones del sínodo de Letrán de 1059 no es considerado pasajero porque lleva implícito la independencia o no de la propia Iglesia. Esta situación hará que el papa NICOLÁS II busque nuevas alianzas para la futura lucha con el emperador. Así, busca la alianza con los normandos que se encuentran solidamente asentados desde 1016 en el sur de Italia. Enviado por el pontífice, HILDEBRANDO viaja al sur de Italia. La alianza con los normandos, cristalizará en el sínodo de Melfi (1059) en el que se firmará un tratado con ROBERTO Guiscardo, el Zorro, en el que se legitiman las conquistas normandas y se ceden a los mismos, como feudo papal, una serie de territorios que hasta entonces eran imperiales; a cambio, NICOLÁS II, obtiene el reconocimiento del Benevento como territorio pontificio, recibirá un tributo y auxilio armado. ROBERTO recibe del papa el título de duque de Apulia y Calabria; en contrapartida, el normando se declara vasallo del pontífice.

Unción papal con que se ven dignificados algunos normandos a cambio de su vasallaje al Papa.


La Italia meridional nunca ha formado parte de los Estados Pontificios, pero sí ha estado sujeta a vasallaje de éstos durante el periodo de dominación normanda (1017 – 1139). En 1059, mediante el concordato de Melfi, dimanado del concilio celebrado en esta ciudad, el papa NICOLÁS II otorga a los normandos Ricardo de Aversa la investidura del principado de Capua, y a ROBERTO Guiscardo, el Zorro, la del ducado de Apulia y de Calabria, así como, para un futuro, del señorío de Sicilia. Como contrapartida a la unción papal con que se ven dignificados, se comprometen éstos a prestar vasallaje al sumo pontífice en todo momento.

ALEJANDRO II es elegido papa. Anselmo, obispo de Luca, hombre de gran carácter y reformador convencido.


ALEJANDRO II es elegido Papa (1.10.1061 – 21.4.1073). Anselmo de Baggio, obispo de Luca, hombre de gran carácter y reformador convencido, es el primer papa elegido según las normas del sínodo de Letrán de 1059. Entronizado sin el consentimiento del emperador ENRIQUE IV. Desde siempre se muestra como uno de los grandes defensores de la reforma de Cluny. Frente a la gestión de su antecesor Nicolás II, opta por algunas medidas para reforzar la independencia de la Iglesia, además de introducir algunas reformas.

ROBERTO el Zorro toma Bari. Los bizantinos pierden su última posesión en la península itálica.


ROBERTO Guiscardo, el Zorro, toma Bari, en el tacón de la bota italiana, en abril de 1071. Los bizantinos pierden su última posesión en la península itálica, unos quinientos treinta años después de que Belisario invadiera el país. Esto significa que toda la Italia meridional desplaza su obediencia religiosa de Constantinopla a Roma. Lo cual exacerba la ira de la primera contra la segunda, y empeora las posibilidades de superar el Gran Cisma.

Tras la conquista de Palermo, ROBERTO GUISCARDO inviste a su hermano ROGER I como conde de Sicilia.


Tras la conquista de Palermo, ROBERTO GUISCARDO inviste a su hermano ROGER I como Gran Conde de Sicilia (1072 – 1101) de la Casa de Hauteville que iniciará esta dinastía.

RAMON BERENGUER II se casa con MAFALDA de Sicilia, hija del fundador del reino normando de Nápoles.


RAMON BERENGUER II, conde de Barcelona, se casa, en la fecha, con MAFALDA de Sicilia, hija del fundador del reino normando de Nápoles, ROBERTO Guiscardo, el Zorro. Este matrimonio fue el primer eslabón de una cadena de enlaces entre los príncipes normandos -de Italia, Normandía e Inglaterra- y los soberanos del mediodía de Francia y de Barcelona. El condado de Barcelona quedaba vinculado a la gran política occidental, mientras impulsaba la actividad marinera en las zonas litorales.

ENRIQUE IV, entra en Roma. GREGORIO huye. CLEMENTE III es puesto en la cátedra de S.Pedro.


ENRIQUE IV en el verano de 1084, después de prolongado asedio, entra en Roma. El Papa GREGORIO VII se refugia en el castillo de Santángelo. El antipapa CLEMENTE III es puesto en la cátedra de San Pedro, y, naturalmente, se apresura a consagrar a ENRIQUE IV como emperador (1084-1106). La suerte de ENRIQUE parece ya fijada; pero ROBERTO Guiscardo, el Zorro, acude en ayuda del Papa.

Del castillo de Santángelo, los normandos liberan al papa GREGORIO VII.


Del castillo de Santángelo, los normandos, con ROBERTO Guiscardo, el Zorro, a su frente, liberan al papa GREGORIO VII, obligando a los alemanes a retirarse hacia el norte. Pero los normandos cometen tal cantidad de excesos en la ciudad que el pueblo romano, con evidente injusticia, reacciona contra GREGORIO VII, quien se ve obligado a retirarse con los normandos.