ENRIQUE IV (Rey de Alemania, 1056-1106)(Emperador del SIRG, 1084-1106)

Total de piezas: 38

Enrique III concede a su hijo, futuro ENRIQUE IV, de tres años de edad, el título de “Rey de romanos”


El emperador germánico ENRIQUE III intenta asegurar el carácter hereditario de su título imperial instituyendo el título de “Rey de romanos”, que concede a su hijo Enrique (futuro ENRIQUE IV), de tres años, como expresión de su condición de heredero. (El título de “rey de romanos” se explica si recordamos que lo que llamamos Imperio Germánico es oficialmente el Imperio Romano.)

Al fallecer Enrique III, su hijo ENRIQUE IV se convierte en rey de Alemania bajo la regencia de su madre.


En el año 1056, al fallecer Enrique III, su hijo ENRIQUE IV se convierte en rey de Alemania (1056-1105) bajo la regencia de su madre y posteriormente de los obispos Anón de Colonia y Adalberto de Bremen. Sólo cuenta seis años de edad, y habrán de transcurrir otros diez antes de que pueda acceder al poder regio. Durante la regencia de su madre, INÉS de Poitiers, la princesa se verá obligada a ceder la mayor parte del territorio real; Italia será un continuo conflicto entre diversas ciudades independientes, papas y normandos. En este lapso, la gran nobleza secular y clerical controlará el país, y el Imperio nunca volverá a ser lo que ha sido bajo Enrique III. Durante su reinado (alcanzará la mayoría de edad en 1065) procurará consolidar su poder apoyando el poder de las ciudades y combatiendo a los sajones.

El emperador ENRIQUE IV declara nulos los decretos adoptados en el sínodo lateranense.


Las decisiones del sínodo de Letrán de 1059 y que representan una pérdida de los derechos imperiales, basados en la Constituio Lotharii y en el Privilegium Othonis, provocan el rechazo del emperador ENRIQUE IV que declara nulos los decretos adoptados en el sínodo lateranense.

ALEJANDRO II es elegido papa. Anselmo, obispo de Luca, hombre de gran carácter y reformador convencido.


ALEJANDRO II es elegido Papa (1.10.1061 – 21.4.1073). Anselmo de Baggio, obispo de Luca, hombre de gran carácter y reformador convencido, es el primer papa elegido según las normas del sínodo de Letrán de 1059. Entronizado sin el consentimiento del emperador ENRIQUE IV. Desde siempre se muestra como uno de los grandes defensores de la reforma de Cluny. Frente a la gestión de su antecesor Nicolás II, opta por algunas medidas para reforzar la independencia de la Iglesia, además de introducir algunas reformas.

Un sínodo convocado por el regente depone al antipapa HONORIO II y reconoce a ALEJANDRO II.


Un hecho político viene a volcar la situación en favor del legítimo papa ALEJANDRO II: El poderoso arzobispo de Colonia, ANNÓN, depone a la emperatriz viuda, INÉS, y es proclamado regente. De inmediato, en el año de la fecha, un sínodo convocado por el regente depone al antipapa HONORIO II y reconoce a ALEJANDRO II.

ENRIQUE IV de Alemania, se casa en la ciudad alemana de Trebur con Berta de Milán.


El 13 de julio de 1066, ENRIQUE IV de Alemania, se casa en la ciudad alemana de Trebur con Berta de Milán, hija del marqués Otto I de Saboya y Adelaida de Susa. De este matrimonio nacieron:  Adelaida, Enrique, Inés de Alemania, Conrado, coronado como rey de Italia en 1093 y Enrique. El papa ALEJANDRO II ejerce sus funciones con singular decisión no dudando en amenazar con la excomunión al joven ENRIQUE IV que, poco después de su boda con BERTA de Milán, quiere divorciarse de ella.

El emperador de Alemania, ENRIQUE IV, trata de utilizar la Iglesia para obtener numerario.


Dado que buena parte de los ingresos reales han caído en manos de la nobleza, el emperador de Alemania, ENRIQUE IV, trata de utilizar la Iglesia para obtener numerario, y así, gracias a la venta de dignidades eclesiásticas, logra los recursos que precisa. Pero la Iglesia se manifiesta en contra de esta práctica a pesar de la tradición imperial, y no consiente en la “Investidura laica”. Por ello, intenta desembarazarse de la tutela imperial para defender la independencia espiritual de la Iglesia. En efecto, no desea laicos para cubrir los altos cargos; estos deben provenir exclusivamente de la propia jerarquía y, en última instancia, debe nombrarlos el Papa. El emperador, que duda de la fidelidad de los príncipes, se apoya mucho en sus obispos. Si no puede escogerlos, pierde el pilar más sólido de su poder. Por otra parte, hay que tener en cuenta que los obispos son, al mismo tiempo, príncipes y funcionarios del Imperio, por lo que no es del todo lógico que el emperador no pueda intervenir, de alguna manera, en la designación de quienes, en buena lógica son, o deben ser, sus hombres de confianza.

Las sedes episcopales más importantes se consideran “íglesias propías” del rey o del emperador.


Las sedes episcopales más importantes se consideran “íglesias propías” del rey o del emperador, quien propone para su gobierno, a las personas de su beneplácito, las cuales, antes de su consagración, le prestan juramento de fidelidad y se proclaman sus vasallos. Esta situación, en cierto sentido es explicable, por cuanto a los beneficios espirituales están unidos otros títulos y privilegios nobiliarios. En modo especial los emperadores de la dinastía sajona favorecen la creación de poderosos feudos eclesiásticos, que les reportan un valioso apoyo político. En la práctica, el nombramiento de los abades y obispos más importantes, y el solemne acto (investidura) mediante el cual se les otorgan los beneficios espirituales, son prerrogativa de la autoridad civil.

ENRIQUE IV aplasta una rebelión sajona y procede a confiscar sus propiedades.


El emperador de Alemania ENRIQUE IV intentará recuperar la pérdida del poder imperial. Su esfuerzo para recuperar las posesiones de la corona provocará la rebelión de los sajones. En 1075, aplastará una rebelión sajona y procederá a confiscar sus propiedades, además de intensificar su enemistad hacia ellos.