Los turcos selyúcidas roban y matan a muchos peregrinos que van a Tierra Santa.


Los turcos seljúcidas roban y matan a muchos peregrinos que van a Tierra Santa y, con el tiempo, constituyen un peligro incluso para el imperio bizantino, que ha ido reduciendo su extensión. Al verse en apuros, el emperador de Bizancio pide ayuda al papa URBANO II.