La doctrina de los cátaros o catarismo, que más que herética es anticristiana, cuaja con fuerza en el Languedoc.


La doctrina de los cátaros o catarismo, que más que herética es anticristiana, cuaja con fuerza en el Languedoc, al sur de Francia, donde predica un tal Pere de Bruins. Aunque ha empezado a crecer entre los miembros de las clases más desheredadas, poco a poco ha ido conquistando a miembros de la incipiente alta burguesía e incluso de la alta nobleza, entre otras razones porque la doctrina de los cátaros al negar a la Iglesia el derecho de poseer bienes terrenos, justifica su despojo. También se introduce el catarismo entre los artistas e intelectuales.