CÁTAROS O ALBIGENSES (Herejes maniqueos)

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La cruzada albigense (denominación derivada de Albi, ciudad situada en el suroeste de Francia), también conocida como cruzada contra los cátaros, fue un conflicto armado que tuvo lugar entre los años 1209 y 1244, por iniciativa del papa Inocencio III con el apoyo de la dinastía de los Capetos (reyes de Francia en la época), con el fin de reducir por la fuerza el catarismo, un movimiento religioso calificado como herejía por la Iglesia católica y asentado desde el siglo XII en los territorios feudales del Languedoc, favoreciendo la expansión hacia el sur de las posesiones de la monarquía capetana y sus vasallos.

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Fallece ZARATUSTRA (628-551 aC) -conocido como ZOROASTRO por los griegos-.


Fallece ZARATUSTRA (628-551 aC) -conocido como ZOROASTRO por los griegos-, ha estado predicando en Asia central. Para él, el universo está dividido entre dos poderes iguales en fortaleza. Uno es Ahura Mazda, que representa la luz y el bien; el otro es Ahrimán, que representa la oscuridad y el mal. La eterna lucha cósmica entre ambos no se resuelve en una clara victoria, y se muestra tan igualada que la intervención de los seres humanos en uno u otro bando es cuanto se precisa para que el combate se decida. Así, pues, los seres humanos deben ser persuadidos para que se ajusten a la ética y se muestren virtuosos, con lo cual ayudan a la victoria del bien. El zoroastrismo se convierte en la religión predominante en el Imperio persa, sustituyendo las antiguas creencias de Babilonia y Asiria.

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Nace en el norte de Mesopotamia MANI o Manes. Sus seguidores le hacen descender de reyes persas.


En el año 216, nace en el norte de Mesopotamia MANI o Manes y aunque sus seguidores le hacen descender de una rama de reyes persas, de hecho nace de una familia del pueblo muy religiosa que practica una rigurosa austeridad. Influido por las doctrinas de ZOROASTRO, MANI predicará su propia doctrina, el maniqueismo.

Los misioneros cátaros enseñan una doctrina maniquea a la que han incorporado principios cristianos.


Los misioneros cátaros, que enseñan una doctrina maniquea a la que han incorporado principios cristianos, viajan en parejas, imitando a los primeros apóstoles, y visten de negro con ceñidor de cuerda. Se confiesan cristianos pero rechazan la Iglesia de Roma. Cristo -según ellos- había sido una engañosa apariencia angelical y nunca fue crucificado ni sepultado. Hay dos principios un Dios bueno creador del universo y del amor, y un Dios perverso, responsable del mal. Jesús había venido para explicarnos que el bien y el mal coexisten en el hombre, quien a través de sucesivas reencarnaciones, debe irse liberando de la parte mala hasta que en la última reencarnación alcanza el estado de perfección necesario para acercarse al Dios bueno. Un creyente se convierte en perfecto mediante una ceremonia de consagración llamada «consolamentum», que constituye el único sacramento de la Iglesia cátara. Todas las almas, pues, finalmente se salvan. El infierno no existe en el más allá; el infierno está en la tierra.

La secta maniquea de los bogomiles aparece en Aquitania, desde donde se propagará a la Francia meridional.


Alrededor de la fecha, la secta maniquea de los bogomiles o búlgaros hace su aparición en Aquitania, desde donde se propagará a la Francia meridional. Los miembros de esta secta serán llamados en Francia, «bougres», dando lugar a que la palabra «bougre», signifique en francés homosexual, ya que a estos herejes se les atribuirá el vicio sodomítico debido a su condena del matrimonio, ya que éste es el origen de la procreación y por tanto la gestación de un nuevo cuerpo, obra del espíritu del mal. También a estos maniqueos se les llama «cátaros», que en griego significa «puro», a causa de su conducta que, a los ojos de los cristianos, resulta ejemplar, sobre todo en contraste con las disolutas costumbres de buena parte del clero. Por esto, también, se les llama «hombres buenos». Y también, en fin, ya que su medio de vida más extendido es trabajar de tejedores, el hecho de que a un cristiano se le llame «tejedor» es prácticamente acusarlo de hereje.

Los papas prestan poca atención al movimiento catarista durante la primera mitad del siglo XII.


Los papas, empeñados como están en su guerra a muerte con el Imperio, prestan poca atención al movimiento catarista durante la primera mitad del siglo XII. Es una de las tantas sectas que pululan por Occitania. En la fecha, el papa CALIXTO II preside un Concilio en Tolosa en el que se anima a los poderes seculares a servir en contra de las herejías, pero sin ninguna alusión concreta al movimiento catarista.

La doctrina de los cátaros o catarismo, que más que herética es anticristiana, cuaja con fuerza en el Languedoc.


La doctrina de los cátaros o catarismo, que más que herética es anticristiana, cuaja con fuerza en el Languedoc, al sur de Francia, donde predica un tal Pere de Bruins. Aunque ha empezado a crecer entre los miembros de las clases más desheredadas, poco a poco ha ido conquistando a miembros de la incipiente alta burguesía e incluso de la alta nobleza, entre otras razones porque la doctrina de los cátaros al negar a la Iglesia el derecho de poseer bienes terrenos, justifica su despojo. También se introduce el catarismo entre los artistas e intelectuales.

Saint-Gilles, de Provenza, indignado ante la predicación de Pere de Bruins lo echa a la hoguera.


Pere de Bruins está predicando durante veinte años que el Dios invocado por los cristianos es el origen de todo mal, predica contra el bautismo de los niños, la eucaristía y la misa, la veneración de la cruz y de las imágenes, las oraciones por los difuntos, la erección de iglesias, etc… tratando de destruir las instituciones eclesiásticas con un espiritualismo maniqueo. El viernes santo de este año, reúne todas las cruces que están a su alcance, les prende fuego y con ellas asa carne con que invita a sus secuaces. El pueblo de Saint-Gilles, de Provenza, indignado ante estos actos, lo echa a la hoguera donde muere. Pero su obra fue continuada por el cluniacense Enrique de Lausana.

Una de las ciudades de Languedoc, Albí, es visitada por BERNARDO de Claraval. Queda horrorizado.


Una de las ciudades de Languedoc, Albí, es visitada, en la fecha, por BERNARDO de Claraval, abad cisterciense apodado el doctor Melifluo. La visita ha sido encargada por el legado pontificio. El santo se va horrorizado y convencido de que la comarca del Albigés es una guarida de «la herejía» y concretamente de Albí, dice: «El pueblo está más contaminado que cualquier otro lugar por la depravación herética». BERNARDO no puede olvidar el día en que en la antigua catedral de Santa Cecilia, habiendo convocado al pueblo para escuchar su predicación, solamente acuden treinta personas, que además se ríen de él… A raíz de esta visita surge un nuevo nombre para los cátaros: albigense. De hecho, la región del Albigés es destacada por su fuerte implantación cátara, pero los núcleos más importantes los hallamos a cierta distancia de la capital, que, por otra parte, no tendrá una participación activa en todo este drama.

El Concilio católico de Reims decide condenar a los cómplices de los cátaros.


El Concilio católico de Reims decide condenar como cómplices a aquellos nobles que dejen residir a los herejes en sus dominios. Pero, todavía, ninguna referencia concreta hacia los cátaros.