La Pragmática Sanción que promulga JUSTINIANO I confiere euténticas prerrogativas a la Iglesia.


Desde que se ha instituido la sede episcopal de Roma, los fieles, y en mayor medida los emperadores cristianos, van donando a la Iglesia romana cuantiosos bienes territoriales, algunos de ellos constitutivos de importantes extensiones de terreno. Estas posesiones, más otras de carácter inmueble, vienen a integrar lo que se conocerá como «Patrimonio de San Pedro», y estarán diseminadas por toda Italia e incluso fuera de el