El Neolitico, surgido en el Mediterráneo oriental y el Próximo Oriente, llega a las tierras de la Península Ibérica.


El Neolitico, surgido en el Mediterráneo oriental y el Próximo Oriente, llega a las tierras de la Península Ibérica y se extiende, en su fase inicial, abarcando los años que van del 5.500 al 4.500 aC. El cambio en la vida de las personas que se produce con el Neolítico es auténticamente revolucionario: aparecen la agricultura y la ganadería, de manera que la economía deja de ser depredadora y pasa a ser productiva con sus técnicas asociadas: la pulimentación del sílex para las tareas agrícolas (en el Paleolítico y Mesolítico sólo se tallaba), y la cerámica, con distintas técnicas decorativas. Las personas abandonan la existencia nómada y comienzan a convivir en poblados estables (sedentarismo). La vinculación y la dependencia del género humano con la tierra provoca la aparición del culto a la fecundidad y de los ritos funerarios. Por otra parte, en el Neolítico el repertorio artístico se amplía. Se pintan en las cuevas y abrigos escenas de caza, de danza o de la cosecha. La pintura y el grabado se vuelven más esquemáticos, frente al naturalismo del Paleolítico. También el uso del color se altera: se rellenan contornos con un pigmento; no hay gradación tonal.