Como consecuencia del retroceso económico que experimenta el mundo heleno por la llegada de los dorios, el dominio de los mares pasa a los fenicios, que aunque no establecen factorías en el mundo heleno (a excepción de Creta), hacen escala en todos los puertos del mar Egeo. A su vez, la debilidad de Egipto facilita el comercio de los fenicios.
