PÍO V excomulga a la reina ISABEL I de Inglaterra mediante la bula Regnans in Excelsis y libera a sus súbditos católicos de la obediencia a la misma, aun a riesgo de martirio. Esta decisión del papa les viene muy bien a los protestantes ingleses en el poder, que ya tienen un motivo para perseguir a los católicos, declarándolos reos de alta traición. Los sacerdotes tienen que ocultarse o disfrazarse y en algunos hogares católicos se habilitan escondites para ellos. A los que se niegan a asistir a los servicios protestantes, se les imponen fuertes multas. Si un sacerdote osa celebrar la Santa Misa, se le encarcela por un año. Poco a poco, las cosas irán empeorando y ser católico llegará a ser un crimen. Celebrar la santa Misa, asistir a ella, confesarse o dar refugio a un sacerdote será delito de felonía.
