Al papa VICTOR I le corresponde hacer frente al primer conato de cisma de la Iglesia.


Al papa VICTOR I le corresponde hacer frente al primer conato de cisma de la Iglesia, a raíz de la diferencia de fechas entre las iglesias de Occidente y de Oriente para la celebración de la Pascua. Para resolver este problema que se agrava día a día, el papa dispone la celebración de sínodos en las principales comunidades cristianas. Todos los sínodos, con la sola excepción del de Éfeso, coinciden en aceptar la fecha occidental, 15º día de la luna de marzo. El papa VÍCTOR I conmina a los que están en desacuerdo a aceptar lo dispuesto por la mayoría de sínodos. Ante la negativa de éstos, VÍCTOR I toma la apresurada y drástica medida de excluir de la comunidad eclesial a todos los obispos de la región de Éfeso. Sólo en esta comunidad se congrega alrededor de la cuarta parte de todos los cristianos del mundo. Ante la gravedad de la situación. S.IRENEO, convirtiéndose en portavoz de la inmensa mayoría de los cristianos de Occidente, dirige al papa un escrito que aún hoy se conserva, en el que le exhorta a la clemencia en aras de la unidad. Accede a tal súplica VÍCTOR y se salva así la unidad de la Iglesia. Pese a todo este problema persistirá hasta el siglo IV-V.