Un edicto del emperador romano de Occidente VALENTINIANO III, confirma el primado del obispo de Roma sobre Occidente (Italia, España, Norte de África y sur de la Galia). Los obispos de Roma, en cuanto sucesores de Pedro (investido por Cristo de poderes especiales) son Vicarii Christi, estándoles reservada la más alta jurisdicción (Mt 16;18), la administración suprema (Jn 21;25-27) y el sumo magisterio (Lc 22;23).
