La Liga Lombarda se proclama de nuevo en 1198 y 1208 y 1226.


La Liga Lombarda se proclama de nuevo en 1198 y 1208. En 1226, la Liga mantiene una cruenta guerra con el emperador FEDERICO II, al que logra frenar en sus intentos por poner Italia bajo su completa autoridad. Éste se gana su reputación de hábil estratega tras la toma de Vicenza y su victoria en la Batalla de Cortenuova, y se rechaza cualquier iniciativa de la Liga que no sea la rendición incondicional. A resultas de ello, Milán (que ha ofrecido una fuerte suma de oro a cambio de la paz, que Federico rechaza), Brescia, Bolonia y Piacenza ofrecen una tenaz resistencia.