Los papas prestan poca atención al movimiento catarista durante la primera mitad del siglo XII.


Los papas, empeñados como están en su guerra a muerte con el Imperio, prestan poca atención al movimiento catarista durante la primera mitad del siglo XII. Es una de las tantas sectas que pululan por Occitania. En la fecha, el papa CALIXTO II preside un Concilio en Tolosa en el que se anima a los poderes seculares a servir en contra de las herejías, pero sin ninguna alusión concreta al movimiento catarista.