TERESA de Jesús, después de una etapa de profundas experiencias místicas, reforma, en 1562, en el Convento de la Encarnación en Ávila, la orden de las Carmelitas, y los obispos españoles aplauden con temor estos cambios que el Papa PÍO IV siente como buenos en su bula aprobatoria. Con la finalidad de llevar una vida conventual fiel a la regla primitiva, funda el primer convento reformado: el convento de San José en Ávila. Se inicia así una dilatada -y considerablemente controvertida- labor como fundadora en la que contará con el apoyo de JUAN de la Cruz. En total fundará, 32 conventos de monjas y frailes carmelitas. La nueva regla elimina las concesiones hechas al mundo y retorna a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo. El fin de Santa Teresa fue darse del todo a Dios en profunda oración. (En el año 2000, las Carmelitas Descalzas son aprox. 14.000 en 835 conventos en el mundo. Los Carmelitas Descalzos son 3.800 en 490 conventos).
