SANCHO I el Craso, al subir al trono, decide no ratificar el tratado de paz con ABDERRAMÁN III que su antecesor dejara concluso. Esto provoca la orden del califa al gobernador de Toledo de que ataque el reino de León. La incursión representa una humillante derrota para SANCHO I, cuya obesidad es tal que no le permite montar a caballo y apenas andar.
