BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA (1212) (Almohades contra cristianos)

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El califa almohade Al NASIR desembarca en Tarifa y se dirige hacia Castilla.


El califa almohade Al NASIR (cuyo título es el de Amir ul-Muslimin -Príncipe de los creyentes- y que es conocido entre los cristianos como “Miramamolín”), ante las pérdidas sufridas en Jaén (1210) y Murcia (1211) por las expediciones llevadas a cabo por ALFONSO VIII de Castilla, reúne el mayor ejército nunca visto (eso aseguran los cronistas), casi 500.000 hombres, porque está dispuesto a abrevar su caballo en las aguas del Tíber. Es decir, que aspira a conquistar Europa y la propia Roma, la sede pontificia, el corazón de la cristiandad. En la fecha desembarca en Tarifa y se dirige hacia Castilla.

La plaza de Salvatierra, después de resistir durante dos meses, debe rendirse.


La plaza de Salvatierra, después de resistir durante dos meses, debe rendirse. La caída de Salvatierra conmociona a todos los reinos cristianos y es el catalizador de su rápida unión, de la que sólo estará ausente ALFONSO IX de León. Salvatierra tiene otras dos consecuencias. Por una parte, “Miramamolín” conoce la desorganización existente en su propio ejército y renuncia a la campaña de otoño, por lo que regresa al sur. Por otra, ALFONSO VIII, que también ha conocido las características del enemigo, desiste de una acción defensiva y decide luchar en campo abierto. Por ello ordena que se detengan los trabajos de fortificación de las ciudades y da instrucciones para que todos los combatientes se preparen para concentrarse en Toledo la próxima primavera.

ALFONSO VIII rey de Castilla, ha solicitado una cruzada al papa INOCENCIO III para luchar contra Al-Nasir.


ALFONSO VIII rey de Castilla, ha solicitado una cruzada al papa INOCENCIO III para luchar contra Al-Nasir. El Papa la concede y es predicada por D. Rodrigo, arzobispo de Toledo, a partir de la fecha. ALFONSO IX de León se niega a participar en la cruzada encabezada por ALFONSO VIII de Castilla contra los almohades al denegársele las peticiones que hace en contrapartida. Pese a ello, sí participarán en la misma muchos caballeros leoneses, gallegos y asturianos que lucharán a título personal en la campaña que culminará en las Navas de Tolosa. La negativa de ALFONSO IX a participar se basa en la reclamación a Castilla de unas plazas que considera suyas, plazas que ocupará aprovechando la contienda castellana contra “Miramamolín”.

PEDRO II de Aragón llega a Toledo con sus huestes dispuesto a luchar contra los almohades.


PEDRO II de Aragón, en la primavera de 1212, llega a Toledo con sus huestes dispuesto a luchar contra los almohades junto a ALFONSO VIII de Castilla y sus otros aliados. De hecho, la Corona de Aragón se ve obligada a intervenir porque si no lo hace así, hay el peligro cierto de un gran avance sarraceno que cuando llegase a Aragón y Catalunya, el conde-rey no podría parar, ya que no dispondría de los recursos económicos para sostener un ejército. Decidida, pues, la ayuda a ALFONSO VIII, éste avanza el dinero necesario para la expedición.

“Miramamolín” después de la batalla de Salvatierra (1211), se pone en marcha hacia Sierra Morena.


En la fecha, “Miramamolín”, que se ha retirado hacia el sur después de la batalla de Salvatierra (1211), se pone en marcha hacia Sierra Morena.

Al mismo tiempo que los almohades, los cruzados salen de Toledo en dirección a al-Ándalus.


Al mismo tiempo que los almohades, los cruzados salen de Toledo en dirección a al-Ándalus. Los cristianos salen de Toledo, divididos en tres cuerpos: delante los cruzados europeos a las órdenes de DIEGO LÓPEZ de Haro, en el centro los catalanes y aragoneses de PEDRO II de Aragón a quien acompañan Berenguer, obispo de Barcelona; García, obispo de Tarazona; el conde de Empuriès y varios nobles. Detrás SANCHO VII el Fuerte, de Navarra, y ALFONSO VIII con las tropas castellanas. También ALFONSO II el Gordo, rey de Portugal, (yerno del rey Alfonso VIII), participa aportando una pequeña tropa, ya que se encuentra en plena guerra civil. Así, también, obispos, órdenes militares y fuerzas extranjeras. En total el ejército cristiano debe alcanzar la cifra de 180.000 combatientes.

La batalla que tiene lugar en las Navas es terrible y “Miramamolín” acaba huyendo.


La batalla que tiene lugar en las Navas es terrible y “Miramamolín” -a pesar de su mayor número de contingentes- huye dejando infinidad de cadáveres. Se habla de 60.000 moros muertos o hechos prisioneros. Después de la gran batalla, en el mismo campo se entona un Tedeum por el Arzobispo de Toledo con el ejército castellano congregado en torno a él, mientras navarros, aragoneses y catalanes persiguen a los musulmanes en fuga. La Iglesia conmemorará tan gloriosa victoria con la fiesta llamada Triunfo de la Santa Cruz (16 de julio). Bernat Desclot, al mencionar la batalla de las Navas de Tolosa señalará, en su Crónica, que en dicho combate han intervenido “los tres reyes de España, de los cuales uno fue el rey de Aragón”.

Las desavenencias con Castilla no impiden que las fuerzas de SANCHO VII de Navarra tomen parte en la batalla de las Navas.


Las desavenencias con Castilla no impiden que, por motivos religiosos, las fuerzas de SANCHO VII de Navarra tomen parte en la batalla de las Navas de forma decisiva. Al ser las primeras que rompen la defensa de la guardia personal de “Miramamolín”, formada por negros encadenados, le harán pasar a la historia con el sobrenombre de el Fuerte e introducirá aquellas cadenas en el escudo de Navarra.

La madre de todas las batallas se riñe el 16 de julio de 1212 en las Navas de Tolosa.


La madre de todas las batallas se riñe el 16 de julio de 1212 en las Navas de Tolosa, un terreno despejado entre los montes de sierra Morena, -a unos cientos de metros de la actual autopista de Andalucía a su paso por Santa Elena, provincia de Jaén-. Está muy bien localizado el campo de batalla porque aun hoy afloran restos de armas, particularmente puntas de flecha almohades. Y eso que los campesinos de la comarca las recogieron durante siglos para fabricar con ellas sus aperos de labranza.