ADOPCIONISMO

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El Adopcionismo deduce de la absoluta unidad de Dios, que Cristo es simplemente hombre.


La fe enseña que Dios es sólo uno y, al mismo tiempo, que Jesucristo, su Hijo, es también verdadero Dios. Se trata, pues, de conciliar ambas verdades: si Dios es sólo uno; ¿cómo es posible que también Cristo sea Dios? (Un problema similar se planteará después en torno a la Persona Divina del Espíritu Santo.) Las dificultades de semejante conciliación se manifiestan en tres corrientes de pensamiento, que terminarán cayendo más o menos declaradamente en la herejía: el modalismo, el adopcionismo y el subordinacionismo. Los seguidores de la herejía del adopcionismo deducen de la afirmación de la absoluta unidad de Dios, que Cristo es simplemente hombre, pero que es elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o al ser bautizado, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte. Esta herejía encuentra acogida entre los judaizantes y paganos. Esta doctrina herética es condenada hacia el año 190 por el papa VÍCTOR I. Con todo, TEODOTO el Curtidor de Bizancio consigue organizar una comunidad cismática en Roma, pero, falta de consistencia, se desmorona y muchos de los antiguos herejes retornan al seno de la Iglesia.

PABLO de Samosata en el año 260 es consagrado obispo de Antioquia (260-268).


PABLO de Samosata, en el año 260 es consagrado obispo de Antioquia (260-268). Sustentador de la tesis de que JESUCRISTO ha sido sólo un “hombre ordinario” (adopcionismo). Pablo de Samosata es uno de los personajes que alcanzaron mayor resonancia en los principios de la Iglesia, por sus perversas y equivocadas doctrinas. Durante mucho tiempo ha sido considerado como el precursor de una gran parte de las herejías. Extraña y aventurera la vida de este hombre. De condición humilde, en poco tiempo logró conquistar una gran riqueza, que lo hizo famoso y le permitió alcanzar cargos públicos honoríficos y lucrativos. Durante el período de su episcopado, desempeñó también el cargo de virrey del reino árabe de Palmira, durante el reinado de ODENATO II. Su conducta religiosa no fue muy ejemplar: era un habilísimo orador y poseía un ingenio agudo, pero amaba el fausto y era muy orgulloso.

El adopcionismo vuelve a ser resucitado, en una versión más refinada, por PABLO de Samosata.


Andando el tiempo, a medida que el cristianismo prende en las capas superiores del Imperio romano, va imponiéndose como doctrina el encarnacionismo, según la cual Jesús desde siempre había sido Hijo de Dios (concretamente la Segunda Persona de Dios). El adopcionismo es progresivamente arrinconado, a pesar de que teológicamente el encarnacionismo plantea una serie de dificultades que el adopcionismo no (la mayor de ella: reconocer la existencia de varias personas divinas, y al mismo tiempo profesar el monoteísmo). A lo largo de las llamadas disputas cristológicas, el adopcionismo vuelve a ser resucitado, en una versión más refinada, por PABLO de Samosata (en el Siglo III), y por su discípulo ARRIO. En su predicación negaba, bastante claramente, el dogma de la Trinidad y de la divinidad de Cristo. Esto indujo a los obispos de las sedes cercanas a examinar a fondo la posición de Pablo. Un primer sínodo, realizado el 264, llamó al obispo a disculparse de las graves acusaciones de herejía hechas contra él. PABLO tergiversó, fingió ceder, pero no tuvo en cuenta las admoniciones y sus promesas de atenerse más decididamente a la ortodoxia.

Condenación de PABLO de Samosata sustentador de la tesis de que Cristo es sólo un hombre ordinario.


Los obispos, reunidos en un segundo sínodo, en 268, invitan a PABLO de Samosata a una exposición completa de su pensamiento. Así se origina una discusión entre PABLO y el presbítero MALQUIÓN, doctísimo defensor de la ortodoxia. MALQUIÓN? logra confutar las teorías de PABLO y le obliga a admitir su error. El tercero de estos sínodos -también en 268- excomulga a PABLO, lo declara depuesto de su cargo y hace conocer a toda la Iglesia cuanto ha sucedido por medio de una carta encíclica. PABLO no reconoce el decreto del concilio ni el nombramiento de Domno para ocupar su sillón. Curiosamente, sin embargo, el concilio condena la palabra Homoousios (consustancial) por el hecho de que la emplea PABLO, término que, posteriormente, será esencial en la lucha contra el arrianismo.

FÉLIX I es nombrado Papa. Defenderá, contra PABLO de Samosata, la Trinidad y la Encarnación.


FÉLIX I -papa- (5.1.269-30.12.274). Gobierna la Iglesia en una época de paz que se extenderá, en general, hasta principios del siglo IV. Defenderá, contra PABLO de Samosata (adopcionista), la verdad católica de la Trinidad y de la Encarnación.

Después de la formulación del credo en el Concilio de Calcedonia, el adopcionismo es abandonado.


El arrianismo -que procede del adopcionismo- se transforma en la herejía más atosigadora que debe afrontar la joven Iglesia en sus primeros años. Finalmente, después de la formulación del credo en los Concilios de Nicea (325) y Calcedonia (381), el adopcionismo es finalmente abandonado.

Un joven monje del monasterio de san Saturnino de Tabernoles, Félix, expone la idea del adopcionismo.


Por estas fechas, un joven monje, FÉLIX, del monasterio pirenaico de san Saturnino de Tabernoles, deseoso de hacer comprender a los musulmanes, a los cristianos mozárabes influidos por aquellos, y a los paganos indígenas de las zonas fronterizas del Pirineo urgeliano que los cristianos no son politeistas, expone la idea de la adopción de Cristo por Dios Padre, recordando alguna fórmula de la liturgia visigoda que usaba la voz “adoptivo” aplicada a la persona del Hijo (adopcionismo). Con ello renueva antiguos errores cristológicos emparentados con el nestorianismo, el priscilianismo y el arrianismo. El éxito del monje le permite ser elegido obispo de la diócesis de Urgel, y con las facultades que le proporcionará el cargo, perseverará durante diez años en sus actuación apostólica. Propagará el adopcionismo de tal manera que convencerá incluso a Elipando, el nuevo arzobispo de Toledo (784).

Concilio mozárabe de Sevilla en el que se inicia la batalla teológica sobre el adopcionismo.


En la fecha, se celebra un Concilio mozárabe en Sevilla -presidido por Elipando, arzobispo de Toledo- en el que de nuevo se inicia la batalla teológica sobre el adopcionismo que seguirá en los concilios de Toledo. Y es que a finales del siglo VIII se produce un resurgimiento del adopcionismo, con Elipando y FÉLIX, obispo de Urgell. El monje español Beato de Liébana, junto con el obispo Eterio de Osma y el Reino de Asturias, combaten el adopcionismo (considerado herejía), obstinadamente defendido por Elipando.

Sínodo en Narbona destinado a examinar la doctrina de Félix, que no es explícitamente condenado.


Una iglesia mozárabe, en la práctica autocéfala y por añadidura herética, constituye un problema muy serio. FÉLIX, obispo de Urgell, distribuye algunos opúsculos y comentarios adopcionistas por Francia provocando la alarma de los obispos carolingios que acuden al rey con sus protestas. Así, en la fecha, se reúne en Narbona un sínodo destinado a examinar la doctrina expuesta por FÉLIX, quien no parece sea explicitamente condenado pues figura entre los suscriptores de sus actas.