En España, nace Isabel de Borbón, hija de la reina ISABEL II y del rey consorte Francisco de ASÍS. Tiene una cara fea y simpática, con la naricilla remangada, y eso le valdrá pronto el mote de “La Chata” que la infanta acabará apreciando. Los rumores de la época atribuyen su paternidad a José María Ruiz de Arana. Será princesa de Asturias hasta el nacimiento de su hermano Alfonso y, posteriormente, cuando éste se convierta en rey.

ISABEL -la Chata- hija de Isabel II se casa con Cayetano, conde de Girgenti. No es una boda de Estado, es la chapuza de una reina tarambana que quiere hacer un gesto político de sumisión al Papa entregando a su hija de 16 años a modo de penitencia. No ha habido nunca entre ISABEL y Cayetano amor, entusiasmo, ni siquiera interés. En el viaje de boda de los novios sobrendrá el Gobierno Provisional (1868-1870). El desventurado marido, después de obsequiarla con unos ataques de epilepsia -enfermedad sobre la que nadie ha advertido a la recién casada- y de tratar de arrojarse por un balcón, acabará pegándose un tiro en Lucerna, el 26 de noviembre de 1871. Con apenas 20 años, Isabel se quedará viuda y en el exilio. Desde entonces se le tendrá justificada lástima. Tres años pasará de luto.

La infanta Isabel -la Chata- contrajo matrimonio con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias, conde de Girgenti, hijo de Fernando II rey de las Dos Sicilias, el 13 de mayo de 1868. Fue un matrimonio concertado y no mantuvieron nunca mucha cercanía entre ellos. La infanta Isabel y Cayetano no tuvieron descendencia. Durante su viaje de bodas, fuera de territorio español tuvo la noticia del derrocamiento de su madre y no pudo regresar a España hasta una vez restaurada la monarquía. Los madrileños quieren a ISABEL -La Chata- porque no se pierde una fiesta, porque preside todas las organizaciones caritativas imaginables, porque viste de forma llamativa y alegre, porque habla con cualquiera y porque, siendo de tan alta cuna, es desgraciadísima en su vida particular. Esto siempre ha provocado la simpatía popular. El “¡Viva La Chata!” que gritan todos a su paso cuando va a los toros, dadas las circunstancias políticas, es muy de agradecer.

En la fecha (del 18 al 23 de octubre), es coronada la Virgen de la Merced en el curso de un acto celebrado en la catedral de Barcelona, que cuenta con la asistencia de once obispos, el maestro general de la Orden Mercedaria y el abad de Montserrat. Las coronas son donadas por la ciudad y ofrecidas por el alcalde Francisco de Paula Rius i Taulet, como presidente del consistorio barcelonés, quien las entrega al obispo de la diócesis, don Jaume Català i Albosà, quien en nombre del papa LEÓN XIII, las coloca sobre las cabezas de la Virgen y del Niño Jesús, en medio de una estruendosa ovación de los centenares de fieles congregados en el recinto catedralicio. La infanta Isabel, hermana de ALFONSO XII, -la popular Chata- preside los actos en nombre de la Reina.

Fallece ISABEL -La Chata- en un convento de Auteuil (París) a los cinco días de partir hacia el destierro. Con la proclamación de la II República, “La Chata” fue el único Borbón que recibió la petición de que no abandonara el país. Sin embargo, la infanta ISABEL, mayor y enferma, había decidido acompañar a su familia en el exilio a París. En 1991, sus restos serán traidos a España para ser enterrados en La Granja.