SUBILULIUMA, soberano hitita, aprovechando las agitaciones de Mitanni y el cisma religioso de AMENOFIS IV en Egipto, extiende, desde el norte, su reino a Anatolia, Siria y Canaán hasta Jerusalén, imponiéndose a los egipcios y llegando en sus correrías hasta el Sinaí.

En tiempos de MUSILISH II (1334-1306 aC.), hijo de SUPILULIUMA I, los hititas efectuaron una incursión contra Babilonia y alcanzaron el apogeo de su poderío. El Imperio Hitita estaba organizado como una monarquia feudal, en la que los reyes detentaban tanto el control político como religioso, sobre una sociedad muy estratificada y con grandes contrastes sociales, incluyendo la esclavitud. Uno de los aspectos más interesantes de la cultura hitita se encuentra en su compleja religión, que veneraba numerosos dioses de procedencia muy diversa (babilónica, asiánica, indoeuropea y hurrita), los cuales influyeron de forma decisiva en las distintas manifestaciones artísticas.

En Egipto, reinado de SETI I (1308-1290 aC.). Acaba con la crisis egipcia, vence a los hititas y refuerza su posición en Siria y Canaán.

Antes de que los hititas desaparezcan de la historia, sin embargo, llevarán a cabo una aportación importante. Durante 1.500 años, los hombres han combatido con armas de bronce, pero existe un material más duro y fuerte: el hierro. Hacia 1300 aC. la técnica de fusión y carbonización del hierro ha sido desarrollada al pie del Cáucaso. Esta región la han controlado los hititas, y allí han desarrollado esta técnica. Los reyes hititas han mantenido celosamente el monopolio del nuevo descubrimiento, puesto que han reconocido su importancia para el armamento. Tras la destrucción del Imperio hitita, su monopolio se rompió y el uso del hierro se extendió a partir de 1200 aC.

Inicia su reinado en Egipto RAMSÉS II (1290-1224 aC). Es el más conocido, aunque no necesariamente el más importante, de los faraones. Restaurará el imperio en Asia, sofocando varias rebeliones fomentadas desde el norte por los hititas. En el interior, dará su esplendor final a la civilización egipcia clásica con la construcción de numerosos monumentos (sala hipóstila de Karnak). Según la tradición, bajo RAMSÉS II los descendientes de los semitas que siglos antes habían bajado desde Canaán a Egipto en busca de alimentos, serán duramente oprimidos, y en su corte MOISÉS alcanzará la edad adulta tras haber sido encontrado recién nacido en una canasta en el río.

Bajo MUWATALISH (1306-1282 aC.), los hititas libran la batalla de Kadesh (Siria) contra RAMSÉS II para asegurarse de nuevo el control de la zona de Siria. Ambos bandos proclaman la victoria, pero la creencia generalizada la atribuye a los hititas. Pero se trata de una victoria costosa. Los hititas mantienen la mayor parte de Asia Menor y la gobiernan, pero han quedado decisivamente debilitados.

El reinado en Asiria de varios soberanos enérgicos y ambiciosos que habían extendido su autoridad al territorio que había pertenecido a Mitanni, amenaza al reino hitita, perturbado por luchas de sucesión, e incita a su rey HATTUSIL III a aliarse con Egipto. Firma un tratado de paz con RAMSÉS II trazando la frontera entre ambos imperios, según la cual Kadesh y Biblos quedaban bajo el dominio hitita, y al sur de ésta se extendían los dominios egipcios. Este tratado de paz -que es el más antiguo que se conoce- está redactado en lengua acadia, que en esta época era el idioma diplomático del Cercano Oriente, y fue escrito en caracteres cuneiformes sobre una tablilla de plata.

Decadencia del Imperio hitita amenazado por los aqueos y los frigios.

Así, pues, los seguidores de JOSUÉ entran en Canaán por el Oriente. El país está ocupado por diversos clanes, reagrupados en torno a pequeñas ciudades fortificadas en las cimas de las colinas. Canaán no está unificada en este período, aunque no se conoce, por otro lado, con todo detalle, la situación imperante, y los datos de la propia Biblia, son aqui de escasa utilidad. Unas veces la Biblia habla de tres tribus de habitantes primitivas, otras de cinco, otras de seis, otras de siete, otras incluso de diez. Se habla de los cananeos, de los amorreos, hititas, jiveos, perizeos, yebuseos, guirgasenos, amonitas…

Cuando los hijos de Israel ocupan la tierra, están los egipcios en franca decadencia mientras que el Imperio hitita o ya no existe o está a punto de desaparecer. Desde el punto de vista político, la conquista de Canaán (Palestina) por los hijos de Israel, no significa por lo pronto la sumisión de Canaán a una única potencia. El país se dividirá por regiones, en tribus, cuyos límites no siempre serán precisos y que se repartirán por Galilea, Samaría y al sur de Jerusalén. En una gran asamblea celebrada en Siquén, se establece un vínculo religioso -Confederación- entre las tribus que entran, así, en alianza con Dios (Jos 24).