El pueblo bereber habita en el norte de África (Berbería) desde tiempo inmemorial. Las primeras referencias datan del 3000 aC. y aparecerán con frecuencia en antiguos documentos egipcios, griegos y romanos. A lo largo de los siglos, los bereberes se mezclarán con numerosos grupos étnicos, sobre todo árabes (por ello, actualmente se les distingue más por los rasgos lingüísticos que por los raciales). La lengua bereber es una rama de la familia lingüística afroasiática y comprende unos 300 dialectos estrechamente emparentados. Se trata principalmente de una lengua hablada; su forma escrita apenas se conoce y rara vez se utiliza.

En África, en el Magreb, alrededor de la fecha, se crean los reinos bereberes de Numidia y Mauritania tras el vacío de poder que sigue a la derrota de Cartago en la Segunda guerra púnica. Se cree que los primeros bereberes (individuos autóctonos del N. de África o Berbería) han habitado el N. de Africa desde finales del paleolítico. Pertenecen a este grupo los númidas, gétulos, libios y moros de la antigüedad.

A lo largo del siglo III, se construye una red de murallas, fosos, calzadas militares y fortificaciones para defender de los bereberes la frontera africana del Imperio romano.

El territorio del Norte de África se moderniza a finales del siglo VII, con la llegada del Islam, que produce la conversión de muchos bereberes y la formación de estados como el Reino de Nekor. Los árabes inician la ocupación de África del Norte donde fundan algunos establecimientos, expulsan a la mayoría de sus habitantes bereberes hacia el interior, en concreto hacia la cordillera del Atlas y algunas zonas del desierto del Sahara. Esta ocupación no terminará hasta mediados del siglo VIII. Los bereberes que siguen en su territorio se convierten al islam, religión de sus nuevos gobernantes, (lo hacen, sin embargo, a la secta jariní, opuesta a los sunnitas que eran los conquistadores) pero no terminan de aceptar la dominación árabe conservando su independencia tribal.

En 739, los bereberes de la cuenca del Duero se dirigen hacia el sur debido en su mayor parte a que son expulsados por los cristianos cántabros. Ya no volverán los musulmanes a asentarse en territorio burgalés hasta las postrimerías del milenio, en que Almanzor se asentará durante breves años. Durante los años 739 a 762, un despoblamiento general asolará las tierras de la cuenca del Duero en parte dirigido por ALFONSO I para crear un vacío de tierras con carácter defensivo entre la Cordillera Central y las montañas cantábricas y así, al mismo tiempo, concentrar las tropas cristianas en las montaña. Durante el reinado de ALFONSO I los asturianos se atreven ya a salir de sus refugios montañosos y así se emprenden constantes expediciones bélicas cuya misión no es ocupar nuevos territorios sino, muy al contrario, despoblar lo que conquista. ALFONSO I realiza una empresa genial al crear un vacío estratégico al sur de su pequeño reino. Con él asegura su pervivencia.

Gran alzamiento norteafricano de los años 740-741 que se traduce en victorias sobre los árabes.

La situación de los bereberes en la península Ibérica que ya es insostenible, se agrava por momentos originándose una formidable insurrección abierta al conocerse las victorias de los? norteafricanos contra los árabes en el África. El valle del Duero ha quedado despoblado y el emir de Córdoba, ABD AL-MALIK, no puede hacer frente a las tropas bereberes viéndose obligado a pedir ayuda al califa de Damasco. Rápidamente, y en vista del peligro beréber, Damasco envía a la Península, en el año 741, a un potente ejército, uno diez mil guerreros, al mando del general BALCH formado en su mayor parte por sirios procedentes de grupos? guerreros acantonados en Siria y Egipto. Estas tropas sirias logran vencer la sublevación bereber en la batalla de Guadalete y a continuación optan por establecerse también en Andalucía y el Algarve.

Se produce una rebelión de los bereberes en la serranía de Ronda, a causa de las marcadas desigualdades socio-económicas.

Los bereberes, divididos en pequeños reinos, reconocen, en la fecha, la soberanía de los fatimíes instalados en Kairuan (Túnez).

Los bereberes viven divididos entre las aspiraciones del califato omeya de Córdoba que se ha proclamado (929), y las del califato fatimí de Kairuan (Túnez).