Patricios y nobles catalanes, amenazados en sus privilegios por menestrales y remensas, descontentos de la política filopopular y ?filoremensa de los últimos monarcas, han saboteado con su actitud pasiva la causa de JAIME II de Urgell en el Compromiso de Caspe, pues aun siendo el sucesor más cualificado, y catalán, se les representa como un peligro de continuidad de aquella política, por lo que les atrae la perspectiva de un monarca extraño, elegido, que no sea un sucesor sino un elegido con quien sea más fácil poder pactar. Si el rey es elegido, lógicamente, en correspondencia, el rey habrá de ejercitar su función de gobierno de acuerdo con este pueblo, o sea, con las clases dirigentes.

El pactismo es equivalente a una monarquía constitucional, limitada por el pacto entre el rey y la representación del país. El autoritarismo es como un primer paso hacia el absolutismo monárquico que acabará imponiendo por todo el Occidente europeo, el Renacimiento. Como es lógico, el pactismo catalán es, en esta época el ideal de las clases privilegiadas -aristocracia, patricios urbanos, alta clerecía-, mientras que el autoritarismo se identificaba con los humildes -los menestrales y la payesía-. Por todo el Occidente europeo el autoritarismo monárquico es la consecuencia lógica del intervencionismo consustancial con una época de crisis. En cambio, en Catalunya -paradoja que pone de relieve hasta que punto se había perdido entonces el sentido de la acción de la historia- asistiremos con los Trastámara a la plenitud del desarrollo del pactismo.

El resultado de Caspe produce una gran decepción en Catalunya en general. Con todo, ligada por el compromiso que el Parlamento catalán ha contraído, se somete a él. No hay duda de que Caspe inaugura un descenso de Catalunya que medio siglo después, con la revolución y la guerra civil del tiempo de Juan II, motivará su hundimiento. Destaca en todo este tema del Compromiso de Caspe, la pasividad de los catalanes ante las exigencias aragonesas. En realidad, Catalunya no ha tenido un candidato claro, y gracias a su pasividad, han podido tomar la delantera y el mando el bando de Urrea en Aragón y el de Centelles en Valencia. Esta actitud, sin embargo, se explica por la oposición de buena parte de las clases dirigentes catalanas, sobre todo de los nobles y de los patricios urbanos, a la candidatura de JAIME de Urgell.

En la fecha, FERNANDO de Antequera entra en Zaragoza y jura como rey los Fueros ante las Cortes aragonesas y designa como heredero a su hijo ALFONSO, al que se otorga el título de príncipe de Girona. Con ello se inicia el gobierno de la castellana casa de Trastámara en la Corona de Aragón. FERNANDO de Antequera se traslada luego a Barcelona, donde permanecerá durante un año.

El conde JAIME II de Urgell, el Desdichado, considerándose injustamente desposeído del trono de la Corona, ya que se cree con más derechos que FERNANDO, retrasa el homenaje debido al nuevo rey FERNANDO I de Aragón, prestándolo sólo después de que el monarca le prometa el ducado de Montblanc y una indemnización de 150.000 florines. Pero JAIME de Urgell que tan sólo desea ganar tiempo, en mayo de 1413, mientras el rey preside las Cortes de Barcelona, se subleva protestando el fallo de Caspe. Llega a ser proclamado rey por su leales.

JAIME II de Urgell, es derrotado el 25/6/1413 en Lleida y los contingentes ingleses y gascones aliados lo son en Aragón por tropas castellanas. Sin poder reunir partidarios, JAIME II, a ruegos de su madre, se fortifica en Balaguer, ciudad protegida por Levante por el Segre y por el Norte por el castillo que parece inexpugnable.

En la fecha, se presenta el rey FERNANDO y asedia la plaza de Balaguer. Con una actividad asombrosa es rodeada la ciudad de fosos, se construyen torres de asalto y se emplazan trabucos y máquinas para abrir las murallas. A medida que pasa el tiempo va aumentando el ejército del monarca y disminuyendo el defensor, perdiendo además toda esperanza de auxilio.

En la fecha, el conde JAIME II de Urgell sitiado en Balaguer, se rinde al FERNANDO de Antequera quien ha prometido a la esposa del conde, su tía Dña. Blanca, que le perdonará la vida al conde. Conducido al castillo de Lleida le es leída al conde la sentencia que le condena a cadena perpetua y a la pérdida de todos los honores y bienes. Será trasladado al castillo de Urueña (Valladolid). Posteriormente pasará al de Xàtiva donde morirá.

FERNANDO I de Antequera, restaurando una ceremonia ya en desuso, se hace coronar solemnemente en la ciudad de Zaragoza.