El enérgico patriarca de Alejandría (Egipto), TEÓFILO, tiene mucha influencia entre las clases altas de Alejandría como la propia Hipatia (filósofa y maestra neoplatónica griega). Goza de un inmenso poder, y en 391 obtiene del emperador TEODOSIO una orden para demoler los templos paganos de su ciudad, entre ellos el Mitreo, el Serapeo y el de Dionisos, lo que provoca sangrientos disturbios entre paganos y cristianos. Se supone que es entonces cuando es saqueada, o al menos vaciada, la biblioteca de Serapeo, sucesora de la gran Biblioteca de Alejandría. Acaba, pues, formalmente con los vestigios del paganismo en Egipto.
