TEÓFILO (Patriarca de Alejandría)

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TEÓFILO, patriarca de Alejandría obtiene una orden para demoler los templos paganos de su ciudad.


El enérgico patriarca de Alejandría (Egipto), TEÓFILO, tiene mucha influencia entre las clases altas de Alejandría como la propia Hipatia (filósofa y maestra neoplatónica griega). Goza de un inmenso poder, y en 391 obtiene del emperador TEODOSIO una orden para demoler los templos paganos de su ciudad, entre ellos el Mitreo, el Serapeo y el de Dionisos, lo que provoca sangrientos disturbios entre paganos y cristianos. Se supone que es entonces cuando es saqueada, o al menos vaciada, la biblioteca de Serapeo, sucesora de la gran Biblioteca de Alejandría. Acaba, pues, formalmente con los vestigios del paganismo en Egipto.

El papa ANASTASIO I convoca un sinodo en el que se condena las desviaciones doctrinales de Orígenes.


A petición de TEÓFILO, patriarca de Alejandría, el papa ANASTASIO I convoca un sinodo, para la fecha, en el que se condena las desviaciones doctrinales de Orígenes. Parece que en la decisión de la condena por parte de TEÓFILO, pesa más la conveniencia táctica que la preocupación teológica o pastoral, puesto que aprovecha -con esta excusa- para desencadenar una persecución contra los monjes o «hermanos largos» de Nitria (Dióscoro, Ammón, Eusebio y Eutimio). Por otra parte, al igual que su antecesor Siricio, ANASTASIO I mantiene unas relaciones especiales con el obispo de Tesalónica para evitar que la Iliria oriental caiga bajo la influencia de Constantinopla.

JUAN CRISÓSTOMO es depuesto como obispo de Constantinopla y es desterrado.


La enemistad de la emperatriz EUDOXIA -a la que JUAN CRISÓSTOMO había criticado ásperamente por su vida lujosa y por la comisión de diversas injusticias- unida al rencor de TEÓFILO de Alejandría — y a las intrigas de sus compañeros de episcopado, cristalizaron en el conocido «Sínodo de la Encina», suburbio de Calcedonia. Fue allí donde TEÓFILO convocó a treinta y seis obispos, de los que siete eran egipcios y todos enemigos de JUAN CRISÓSTOMO. Tras negarse éste por tres veces a comparecer ante aquel sínodo, es depuesto en el 403. El emperador ARCADIO lo destierra inmediatamente a Bitinia pero la emperatriz lo hace volver al día siguiente lo que parece reconciliar a ambas personalidades. Pero en el año siguiente, 404, volverá de nuevo a ser desterrado esta vez a Cúcuso y posteriormente a Pitio, en el extremo oriental del Mar Negro.