EDUARDO DATO (Presidente del Gobierno español)

Total de piezas: 16

DATO, conocedor de que se está gestando un movimiento revolucionario provoca su estallido para que fracase.


En el origen de este conflicto -la huelga general- está el propio gobierno, presidido por Eduardo DATO, que, conocedor de que se está gestando un movimiento revolucionario y preocupado por la convocatoria de la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona, provoca su estallido para hacerlo fracasar. Los huelguistas reivindican la constitución de un gobierno provisional para que prepare una legislación que aborde los problemas de la constitución política. No se consigue el objetivo principal de movilizar a la masa obrera de todo el país y se observan matices particulares en cada zona de España. El ejército ejecutó una dura represión.

Una vez aplastada la huelga general de agosto, las Juntas Militares hacen caer a DATO.


Una vez aplastada la huelga general de agosto, las Juntas Militares hacen caer a DATO cuyo gobierno dimite a finales de octubre de 1917. ALFONSO XIII propone a García PRIETO, del Partido Liberal, la constitución de un gobierno de concentración, en el que además de liberales y conservadores se integren regionalistas catalanes.

Eduardo Dato, que es a quien corresponde, delega en Joaquín Sánchez de Toca, que gobernará hasta el final de 1919.


Como jefe de la minoría más numerosa de las Cortes le correspondió entonces el poder a Eduardo Dato, pero éste delegó en Joaquín Sánchez de Toca, que gobernó hasta el final de 1919. Dentro de su partido era el representante de la tradición de cultura y liberalismo del mismo Cánovas del Castillo. En cuanto a su programa de gobierno y, sobre todo, al tema de la situación social en Barcelona, resultó un gabinete indudablemente liberal. Sin duda, a ello ayudó la presencia de Manuel Burgos y Mazo en el Ministerio de la Gobernación, cacique onubense que, sin embargo, era de los políticos más abiertos desde el punto de vista social. Envió un nuevo gobernador civil a Barcelona para extirpar el terrorismo y, al mismo tiempo, impulsar la legislación social e intentar que las asociaciones obreras se integraran dentro de la vida legal. Sin embargo, este programa encontró la dura oposición del sector patronal, no sólo de Barcelona sino de todo el territorio nacional y acabó fracasando. Como esta oposición patronal contó también con el apoyo de un sector del Ejército y de algún político del turno, como La Cierva, Sánchez de Toca hubo de dimitir.

Eduardo DATO no tiene más remedio que llegar de nuevo al poder y formar un gobierno.


En el mes de mayo de 1920, Eduardo DATO no tiene más remedio que llegar al poder y formar un gobierno que, con la mayor habilidad posible, dosifique energía y flexibilidad para desarmar las pasiones desatadas. El nuevo Ministro de la Gobernación es partidario de una política flexible y contemporizadora, pero lo cierto es que la situación social y la creciente protesta autonomista parecen no tener ya una solución moderada.

DATO decide visitar Barcelona con el rey a la vez que negocia con la Lliga una prudente solución a los traspasos provinciales.


DATO decide visitar Barcelona con el rey el 15 de junio, a la vez que negocia con la Lliga una prudente solución a los traspasos provinciales, autorizados por el Gobierno. La Lliga imparte la consigna de poner banderas catalanas en los balcones para homenajear al rey y DATO grita: “¡Viva España y Visca Catalunya!”. Es un ejemplo inteligente para hallar una salida digna y negociada de la crisis. En esta ocasión, CAMBÓ enseña a ALFONSO XIII las obras y los planos de la Exposición de Montjuïc, que acabará celebrándose en 1929. Al mismo tiempo, comienza la remodelación de la finca de los Güell, en el barrio de Les Corts, destinada a palacio real en Barcelona.

Asesinato de Eduardo DATO en represalia por la sangrienta represión que Martínez Anido efectúa en Barcelona.


Asesinato de Eduardo DATO en represalia por la sangrienta represión que Martínez Anido efectúa en Barcelona. DATO es abatido por más de 20 disparos en un atentado perpetrado por tres anarquistas catalanes desde un sidecar en marcha en la Puerta de Alcalá de Madrid. Es el segundo magnicidio de un presidente de gobierno español en poco más de una década (en 1912 fue asesinado Canalejas). Sobre el país parece cernirse una crisis de proporciones aún más amenazadoras que las de 1898.