COMUNIDADES DE CASTILLA (1520-1522)

Total de piezas: 35

La Santa Junta, en Valladolid, designa a Pedro Lasso de la Vega como jefe de las fuerzas comuneras.


El día 10 de diciembre, se reúne por primera vez en Valladolid la Santa Junta, que designa a Pedro Lasso de la Vega como jefe de las fuerzas comuneras, pese a la voluntad popular que se expresara por Juan de Padilla para tal jefatura.

En enero de 1521 se produce en Burgos una rebelión comunera, que es sofocada de inmediato.


En enero de 1521 se produce en Burgos una rebelión comunera, que es sofocada el día 22 por el condestable de Castilla Iñigo de Velasco y sus tropas. El día 23, el obispo Acuña, con sus fuerzas, comienza a sitiar la población palentina de Magaz de Pisuerga, llegando a Frómista el día 1 de febrero. Ínterin, el 25 de enero, la Santa Junta resuelve consultar al jefe comunero Juan de Padilla sobre una eventual tregua, manifestando éste su oposición.

Quince ciudades andaluzas forman la Liga de la Rambla abrazando la causa realista. Nuevas defecciones.


El 17 de febrero, quince ciudades andaluzas forman la Liga de la Rambla abrazando la causa realista y nuevas defecciones van diezmando al ejército comunero.

Juan de Padilla sale de Valladolidad con sus hombres, dirigiéndose a Zaratán, en camino hacia Torrelobatón.


El 17 de febrero, Juan de Padilla sale de Valladolidad, al frente de sus hombres, dirigiéndose a Zaratán, en camino hacia Torrelobatón, llegando a las inmediaciones de ésta ciudad el día 21 y, tras tres días de combate, penetran en la misma, ocupándola el 25 de febrero.

El 3 de marzo comienza una tregua, que se extiende hasta el día 11.


El 3 de marzo comienza una tregua, que se extiende hasta el día 11. Hacia el fin de la misma, el día 10, el obispo Acuña, que estaba en Alcalá, se dirige a Madrid, camino de Toledo. El 12, llega a Ocaña, y el 29 se presenta discretamente en Toledo. Al tomar conocimiento de ello, las gentes de la ciudad lo llevan triunfalmente a la Catedral, queriendo proclamarle arzobispo. Al día siguiente, 30 de marzo, Acuña mantiene por vez primera una entrevista con doña María de Pacheco, esposa de Juan de Padilla. Los reclamos del pueblo hacen que el 9 de abril los canónigos de Toledo cedan a Acuña el arzobispado de la ciudad.

Tras intensos combates, el 12 de abril las tropas reales alcanzan la ciudad de Mora (Toledo).


Tras intensos combates, el 12 de abril las tropas reales alcanzan la ciudad de Mora (Toledo), entrando a la misma a sangre y fuego e incendiando la iglesia, en la que perecen calcinados tres mil ancianos, mujeres y niños que en ella habían buscado refugio. El mismo 12 de abril, Acuña ordena movilizar a todos los toledanos con edades entre 15 y 60 años. Al frente de sus fuerzas, sale de Toledo, destruye Villaseca de la Sagra, y estando en Yepes, se entera de los hechos de Mora, decidiendo enfrentar a los realistas responsables de ello. Sale en su persecución, alcanzándolos días más tarde en Illescas, sin lograr derrotarlos.

Los realistas llegan a una legua de Torrelobatón donde permanecen los comuneros al mando de Padilla.


El 15 de abril los realistas alcanzan Peñaflor, a una legua de Torrelobatón donde, desde febrero, permanecían los comuneros al mando de Padilla. El 17 de abril las tropas reales se refuerzan con la llegada del condestable de Castilla y sus hombres. Ante la llegada del ejército real, Padilla decide trasladar sus tropas hacia la fortaleza de Toro. Unos 6.000 comuneros salen de Torrelobatón. El 23 de abril en medio de una intensa lluvia los comuneros son atacados por la caballería y lanceros del Conde de Haro, junto a un arroyuelo en las cercanías de Villalar, sufriendo pérdidas que oscilan entre los 200 y 1000 hombres (cifras diversas, según distintas fuentes). El resto se dispersa o son hechos prisioneros.

El ejército comunero es aniquilado por la caballería realista en Villalar.


El fracaso de las acciones militares comuneras durante el invierno de 1520 permite a los realistas vislumbrar el fin de la guerra hacia la primavera de 1521. El 23 de abril de este año, el ejército comunero es aniquilado por la caballería realista en Villalar. La derrota de Villalar es definitiva para terminar con el movimiento comunero. (Cada 23 de abril, fecha que conmemora la batalla de Villalar, ahora Día de La Comunidad de Castilla y León, se rememora este hecho. En la Plaza de Villalar -actualmente Villalar de los Comuneros, provincia de Valladolid-, se ha erguido un monolito en honor al movimiento comunero y a los tres líderes decapitados en esa misma plaza: Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado. La viuda del primero, María Pacheco, proseguirá la resistencia en Toledo hasta febrero del año siguiente.

Son decapitados Juan Bravo y Juan de Padilla cabecillas de las Comunidades de Castilla.


El 25 de abril, de madrugada, son decapitados Juan Bravo y Juan de Padilla. Antes de subir al cadalso, Juan de Padilla se dirige a su camarada Juan Bravo con unas célebres palabras que la tradición ha transmitido hasta nuestros días: “Señor Bravo: ayer era día de pelear como caballero…hoy es día de morir como cristiano”. Ante esto, Juan Bravo pide ser ejecutado antes que Padilla, “…para no ver la muerte de tan buen caballero”. Horas más tarde, también es ejecutado y decapitado el salmantino Francisco Maldonado. La viuda del caudillo decapitado, María Padilla, resistirá en Toledo con un valor legendario, pero la fuerza del ejército imperial, con su artillería, será muy superior.