La situación militar en Hispania por parte de Roma es tan mala que se unen los recien llegados GALBA y LÚCULO, gobernadores de las dos provincias de la Península -la Ulterior y la Citerior respectivamente-, para coger a los lusitanos como en una tenaza. Ambos vencerán (153-151 aC).
VIRIATO (Jefe lusitano)
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VIRIATO, caudillo de los lusitanos, consigue desde el primer momento notables éxitos.
VIRIATO, caudillo de los lusitanos, consigue desde el primer momento notables éxitos. En Acinipo (Ronda la Vieja) y en Carteia (San Roque), derrota, ya en 147 aC, al pretor VETILIO, sucumbiendo éste junto a más de 4.000 legionarios. Esta victoria pone en manos de VIRIATO toda la Hispania Ulterior.
VIRIATO es elegido caudillo de los lusitanos.
Algunos lusitanos pueden salvarse de la trampa que les ha tendido Galba (152 aC), entre ellos VIRIATO, quien, en la fecha, es elegido como caudillo que dirigirá, durante los próximos años, el levantamiento general del pueblo lusitano contra Roma. De todas maneras, las guerras lusitanas, en gran parte, se pueden considerar una auténtica guerra civil entre las diversas tribus de la Península Ibérica, pues, al estar generalmente unas tribus en luchas endémicas con otras vecinas, algunas de ellas encuentran protección en Roma, lo que motiva que sean atacadas inmediatamente por las restantes.
Inmersa en la tercera guerra púnica, Roma no puede destinar a Hispania grandes contingentes militares,
Inmersa en la tercera guerra púnica contra Cartago, Roma no puede destinar a Hispania grandes contingentes militares, por lo que las acciones desarrolladas a lo largo de este año por Cayo Plautio, Claudio Unímano y Nigidio acabarán en sendos desastres. VIRIATO ataca el centro de la península: Segobriga (Saelices), Cauca (Coca).
VIRIATO ataca en la Ulterior avanzando por Abdera (Adra), Baecula (Bailén), Corduba (Córdoba) etc…
VIRIATO ataca en la Ulterior avanzando por Abdera (Adra), Baecula (Bailén), Corduba (Córdoba), etc… Pero Roma envía a la península a Fabio Máximo Emiliano, hijo de Emilio Paulo, el general cuya victoria en la batalla de Pidna ha puesto fin a la tercera guerra contra Macedonia. Fabio empieza por atraerse la voluntad de las poblaciones autóctonas del sur peninsular que sufren los ataques del caudillo lusitano, para asegurar su retaguardia y poder contar con un flujo continuo de suministros. Después se fortifica en Urso (Osuna) para entrenar a sus tropas, sin caer en las constantes emboscadas que los lusitanos le tienden. Cuando considera que su ejército está ya preparado para el combate, avanza hacia el norte obligando a Viriato, a retroceder.
Viriato recupera de nuevo el terreno que había conseguido anteriormente.
Fabio Máximo debe regresar a Roma y Viriato avanza de nuevo fomentando la sublevación de las tribus de los arévacos, belos y titos, con lo que los nuevos mandos romanos deben atender a los diversos frentes debilitando el conjunto de sus fuerzas. Así, en 143-142 aC, Viriato recupera de nuevo el terreno que había conseguido anteriormente.
Fabio Máximo Serviliano, inicia una nueva campaña en Hispania.
La guerra contra los lusitanos se eterniza, y la práctica de rotación de los comandantes y tropas romanas, unida al sistema de campañas anuales, no produce ningún avance en la pacificación del conflicto. Así, en la fecha, Fabio Máximo Serviliano, al mando de 18.000 infantes y 1.600 jinetes, con el apoyo de un contingente de caballería númida y 10 elefantes, inicia una nueva campaña. VIRIATO derrota a los romanos pero, falto de suministros, debe retirarse. Parece que los días de VIRIATO están contados cuando con una hábil estratagema consigue que las tropas romanas queden copadas en un desfiladero. En esta situación, VIRIATO propone el establecimiento de una paz, conocedor de que Roma no cesará de enviar ejércitos hasta acabar con él. Serviliano acepta lo que supondrá el otorgar el título de «amicus populi romani» para el acudillo lusitano. Pero el Senado romano no acepta esta situación e insta a sus generales a que a la menor oportunidad ataquen a VIRIATO y le derroten de manera definitiva.
Las tropas romanas no cesan en su presión sobre Viriato que ha de seguir luchando para no retroceder.
Las tropas romanas no cesan en su presión sobre VIRIATO que ha de seguir luchando para intentar evitar sus avances (140-139 aC).
Viriato pide la paz. Envía a hablar con los romanos a tres desertores, antiguos soldados romanos.
El tratado con los lusitanos no puede durar mucho tiempo, Roma no acepta pactos en condiciones de igualdad. Quinto Servilio CEPIÓN llega a Hispania con el cometido de reanudar las hostilidades. Un movimiento de tenaza de las tropas romanas obliga a VIRIATO a abandonar los territorios que controla y a refugiarse en Toledo. Impelido por sus hombres a pedir de nuevo la paz, VIRIATO envía al campamento de CEPIÓN a tres jefes de su ejército, Audax, Ditalcón y Minuro, naturales de Urso (Osuna), que hace tiempo han desertado de las filas romanas pasándose a las lusas.
Viriato es asesinado unos días después por sus propios representantes mientras está durmiendo.
El cónsul CEPIÓN consigue ganarse con grandes dádivas y presentes la voluntad de los tres representantes de VIRIATO en las negociaciones de paz induciéndoles a asesinarle. VIRIATO, pues, es asesinado unos días después mientras duerme.Tras consumar su traición regresan para reclamar su paga, momento en que el cónsul pronuncia la célebre sentencia que le atribuye la tradición (y de la que no hay huella histórica): «Roma no paga traidores». El hecho es que el senado no reconoce el pacto de CEPIÓN con los asesinos y no le otorga el triunfo. Sobre su túmulo funerario luchan doscientas parejas de gladiadores, expresión del poder de aquel que, según los romanos, no era sino un «bandido».