El rechazo de los catalanes al atentado terrorista de ETA que ha tenido lugar ayer en el Hipercor de Barcelona, se evidencia, en la fecha, en una enorme manifestación de protesta, sólo comparable a la de la Once de Septiembre de 1977 o a la que se repetirá el julio de 1997 por el secuestro y asesinato del regidor popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco.

700.000 personas se manifiestan en Barcelona contra ETA tras el atentado de Hipercor.

La desarticulación del comando Barcelona, en septiembre de 1987, frena la actividad etarra en Catalunya durante los tres años siguientes, a pesar de que en 1988 habrá otro intento de volver a poner en marcha esa célula terrorista.

Se firma, en la fecha, en Madrid, el acuerdo franco-español de cooperación antiterrorista. Este acuerdo permitirá la detención en suelo francés de más de 50 dirigentes de la organización terrorista ETA, entre ellos Santi Potros, Josu Ternera, Mobutu, Kantauri, Iñaki de Rentería, etc.

Estalla una bomba colocada por ETA cerca de los cuarteles y viviendas de la Guardia Civil en Zaragoza. Diez personas resultan muertas.

El movimiento popular por la paz, canalizado en torno a asociaciones de origen cristiano, se desarrolla hasta límites insospechados, produciéndose manifestaciones contra la violencia incluso en pueblos donde HB detenta la mayoría absoluta. La lucha policial, estrechamente apoyada por Francia -aunque alternada con intentos de diálogo-, provoca la caída de la mayoría de los comandos y desarticula la cúpula dirigente. La nueva política penitenciaria, que alterna la posibilidad de reinserción con la dispersión y el endurecimiento del régimen de los presos más irreductibles, mina la influencia de ETA en las cárceles.

El 12 de enero de 1988 se firma el pacto de Ajuria-Enea entre todos los partidos vascos, a excepción de Herri Batasuna, con el fin de acabar con la violencia de ETA.

ETA anuncia un alto al fuego de 60 días, que luego alarga varias veces, y se intenta una negociación entre ETA y el gobierno español del PSOE, denominada Mesa de Argel, que termina en mayo sin resultados, terminando el alto al fuego. Alegando la necesidad de evitar que ETA impida mediante coacción la reinserción de sus presos, anteriormente agrupados en cárceles del País Vasco, el gobierno del PSOE decide la dispersión de los presos de ETA por las cárceles de todo el país. Esta medida no parece haber tenido efectos importantes, salvo una fuerte contestación social, especialmente desde sectores nacionalistas, por su supuesta ilegalidad.

Fracaso de un segundo intento -en febrero de 1988- de tregua de ETA. Este intento consiste en una nueva oferta de 60 días de tregua \»a la espera de que el Gobierno conteste\». Diez dias después será secuestrado el empresario Emiliano Revilla.

El delegado del Gobierno en el País Vasco, Julen Elgorriaga, viajó a Argel y exigió al ideólogo de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon, una tregua indefinida. La reunión acabó sin aproximaciones y cuatro días después ETA secuestró al empresario Emiliano Revilla, lo que acabó con el diálogo hasta el octubre siguiente.