Se forma en Rusia, a partir del movimiento populista, el Partido Social Revolucionario. Cuenta con la adhesión de los estudiantes. Su principal preocupación es la situación del campesinado y aboga por la nacionalización, recurriendo al terrorismo como arma política. El tercer partido de la oposición (el primero es el Socialdemócrata), la Unión de Liberación, está integrado fundamentalmente por intelectuales y agrupa entre sus filas, asimismo, a un gran número de trabajadores.

Se producen huelgas y violentos disturbios en Kiev, Odesa y Tiflis (Rusia).

Viácheslav Konstantínovich Plehve, ministro de Interior del Gobierno ruso, también apoya la guerra con el Japón como una manera de unir a Rusia en una explosión de fervor patriótico. El 28 de julio de 1904, menos de medio año después del inicio de la guerra ruso-japonesa, es asesinado en San Petersburgo por un miembro del partido socialrevolucionario. La moderación de las acciones represivas no ha hecho sino contribuir a la organización de la oposicion liberal.

Hasta el momento, las rebeliones en Rusia las han protagonizado los campesinos y las demandas debidamente articuladas -asamblea representativa y concesión de libertades civiles- han sido obra de intelectuales y profesionales. Pero ahora, hacen su aparición los obreros fabriles. Las precarias condiciones de vida -hambre, paro, frío, desesperación- de la población en Rusia motivan que el domingo 22 de enero de 1905, se convoque una manifestación, liderada por el pope GAPON, en San Petersburgo para acudir ante el Palacio de Invierno y tratar de forzar una entrevista con el zar NICOLÁS II. La policía protege el palacio y ante aquella masa humana se asusta. El ejército abre fuego contra esta manifestación pacífica y desarmada (“Domingo sangriento” o “Domingo rojo” -el segundo de la historia-), causando aproximadamente 150 muertos (aunque se habla de dos mil). La matanza desata la indignación popular; huelga e incidentes violentos se multiplican en todo el país. El coloso ruso está, en estos momentos zarandeado por el Japón, sobre todo porque el mando prefiere reservar las mejores tropas en la metrópoli para reprimir posibles disturbios. La “Revolución de 1905” está en marcha.

Es asesinado en Moscú el gran duque Sergio, nieto del zar NICOLÁS I

En Rusia, gremios y organizaciones de todo tipo protestan contra la actuación del poder autocrático y se crea una asociación general, de ámbito estatal, que coordina durante todo el año las acciones de la oposición. Simultáneamente, los socialrevolucionarios intensifican sus acciones de terror: durante los meses de abril y mayo tienen lugar sólo en San Petersburgo 116 atentados.

La chispa que hizo estallar en Rusia el motín del acorazado Potemkin fue iniciada por el segundo de abordo, Ippolit Giliarovsky, quien amenazó con tomar represalias contra varios miembros de la tripulación que se negaban a comer carne en la que se habían descubierto gusanos. Al parecer Giliarovsky reunió a dichos marineros frente al alcázar, en una zona en cuyo suelo se había extendido una lona impermeable, y donde esperaban infantes de marina armados. Los marineros asumieron que iba a celebrarse una ejecución en grupo, y se abalanzaron sobre los infantes (que al fin y al cabo también eran clase de tropa) rogando que no les disparasen. La oficialidad del barco trató de reprimir el motín, y en el tiroteo subsiguiente murieron siete de los dieciocho oficiales del Potemkin, incluyendo al capitán Evgeny Gólikov, el segundo oficial Ippolit Giliarovsky, y el oficial médico, que había certificado la carne como apta para el consumo. El marinero Grigory Vakulenchuk resultó herido mortalmente durante el motín.

La noticia de la destrucción de la flota rusa en Tsushima, que ha significado el fin de la guerra ruso-japonesa en el mes de mayo, aviva la ola de huelgas y conflictos en todo el país. Sin embargo no llega a producirse una rebelión armada de los trabajadores, y los soldados que regresan de la guerra tampoco se levantan en armas. Surgen, eso sí, motines aislados. El más conocido es la sublevacion de la tripulación del acorazado Potemkin el pasado día 14 de junio. Incluso en este caso, la verdadera causa de la insurrección no son las razones políticas sino las malas condiciones de vida en el barco.

Los revolucionarios rusos asesinan al gobernador de Moscú.

En Rusia, el zar accede, en la fecha, a la creación de una asamblea, la Duma, elegida por sufragio restringido y sin carácter constituyente. Una vez más la oposición valora esta respuesta como insuficiente y el movimiento revolucionario sigue extendiéndose.