En otoño de 1978 se celebra el primer Congreso de UCD, en el que se confirma que el partido es partidario de la adhesión a la OTAN, aunque con ciertas peculiaridades y necesidades de seguridad, y se propone que paralelamente a la integración se llegue a un acuerdo sobre el tema de Gibraltar. En cuanto al procedimiento se es partidario de un amplio respaldo popular a través del Parlamento y un debate en el momento oportuno. Pero una vez más, estos temas quedan en segundo plano como consecuencia de asuntos relacionados con la política interior, en este caso la necesidad de lograr un consenso entre los diversos partidos para sacar adelante el texto de la Constitución y la transición democrática.

El tema más controvertido a finales de los setenta en Holanda es el apoyo a la decisión de la OTAN, acordada en 1979, consistente en el despliegue de los euromisiles en cinco países europeos, entre ellos Holanda al que corresponderían 48 de los cohetes de alcance intermedio. La oposición de las fuerzas pacifistas y favorables al desarme será patente en los siguientes años. Casi cuatro millones de personas se movilizarán en torno al movimiento «Kruisraketten nee» contra los planes de estacionamiento. Incluso las iglesias están de acuerdo. De momento, el gobierno no toma, en este tema, ninguna decisión definitiva por el pronunciamiento contrario de las fuerzas políticas y sociales.

La línea neutralista y de no alineación que presenta el PSOE en su XXVII Congreso está igualmente presente en el XXVIII Congreso, celebrado en el año 1979 y en el que Felipe González asume la secretaría general del partido.

Tras la aprobación en referéndum de la Constitución Española, UCD en su programa electoral para las elecciones de 1 de marzo de 1979, se ha mostrado partidaria de la adhesión a la OTAN tras un adecuado debate parlamentario, aunque prudentemente no se ha comprometido a llevarla a cabo en dicha legislatura.

Alianza Popular (AP) en su programa electoral de 1979 reclama un debate inmediato con el fin de conseguir una inmediata integración en la OTAN como medio de sustituir la relación bilateral existente con los EEUU. a la que considera impopular. La integración en la Alianza se justifica entonces en base a dos tipos de argumentos. Por un lado argumentos de carácter universal o abstracto como el rechazo del neutralismo y del no alineamiento por ser una opción cara y utópica, la necesidad de pertenencia de España al mundo occidental, y las ventajas de una relación multilateral con la OTAN. Por otro lado se esgrimen argumentos de carácter más particular o concreto y relacionados con la política interior, entre los que destacan la mejora y modernización de la Fuerzas Armadas, garantías para una mejor defensa del sistema democrático español, garantías de supervivencia en caso de ataque de la fuerzas del Pacto de Varsovia, posibilidades de resolver el contencioso sobre Gibraltar, y beneficios económicos, científicos, sociales, industriales y tecnológicos.

La postura de UCD a favor de la adhesión a la OTAN tras un adecuado debate parlamentario, es ratificada por SUÁREZ en su debate de investidura del 30 de marzo, por coherencia con su vocación europea y occidental, aunque supedita la adhesión a la consideración de los condicionamientos de las particularidades y exigencias de defensa del país y a la obtención de un amplio respaldo parlamentario.

Durante el año 1980, y a consecuencia de los acercamientos del gobierno de UCD a la Alianza, la política del PSOE se transforma claramente en antiOTAN. Así, en marzo de 1980 González hace pública a nivel internacional su postura al defender en el Congreso de la Unión de Partidos Socialistas de la Comunidad Europea la neutralización y desnuclearización del Mediterráneo, algo completamente contradictorio con la existencia del Tratado del Atlántico Norte.

Francia veta el proceso de ampliación de la CEE, paralizando la adhesión de España a las Comunidades. El Gobierno español comienza a utilizar el ingreso en la OTAN como moneda de cambio para presionar a la Alianza y obtener la adhesión a la CEE. En este contexto el ministro Oreja realiza el 17 de junio de 1980, unas declaraciones al periódico El País en las que manifesta que el gobierno es totalmente favorable a la pronta incorporación de España a la Alianza Atlántica bajo dos condiciones: a) garantía de solución al contencioso de Gibraltar, y b) continuación del proceso de integración en la CEE. En estas declaraciones el ministro fija por primera vez una fecha para el debate del tema, en concreto 1981.

A los problemas que en política exterior ha supuesto para el Gobierno el veto del Presidente de la República Francesa Valery Giscard a la ampliación de la CEE, hay que sumarle las importantes dificultades por las que se atraviesa en política interna a raíz de la moción de censura presentada por los socialistas en mayo de ese año. Además UCD ha recibido un fuerte varapalo en las primeras elecciones autonómicas celebradas en Catalunya y el País Vasco. Andalucía reclama cada vez con más ímpetu mayores cotas de autogobierno y exige un referéndum. A consecuencia de todo lo anterior, la unidad interna de UCD se resiente y las tensiones internas son cada vez mayores. Por otra parte las divergencias existentes entre el presidente SUÁREZ y el ministro Oreja sobre al tema de la adhesión se agudizan a consecuencia de las declaraciones, anteriormente mencionadas, de este último al diario El País. El 3 de septiembre de 1980 es destituido José Pedro Pérez Llorca, quien paradójicamente se ha mostrado como un firme defensor de la vocación atlantista.

Grecia se reintegra a la estructura militar de la OTAN.