En la fecha, FELIPE V decide contraer matrimonio en segundas nupcias con ISABEL de Farnesio, hija de Eduardo de Farnesio, duque de Parma, y de Dorotea de Neoburgo. En la elección de la nueva esposa ha influido decisivamente la princesa de los Ursinos, camarera mayor de María Luisa de Saboya, que goza de gran poder en la Corte, y que ha sido aconsejada por cardenal A?LBERONI. Pero los propósitos de dominio de ésta sobre la nueva reina se verán frustrados, ya que ISABEL de Farnesio ordenará la expulsión de todos aquellos que habían figurado en el clan de la princesa de los Ursinos.

Casi desde el momento mismo de su llegada a la corte española, la excepcional ISABEL de Farnesio será la verdadera soberana, bien aconsejada por el cardenal ALBERONI. En los planes de este sagaz clérigo figura prioritariamente el regreso de España a los reinos italianos por vía de “los hijos de la Farnesio”. Por otra parte, ISABEL llega de Italia aleccionada por el Papa CLEMENTE XI para que la Iglesia recobre en España todas sus viejas prerrogativas parcialmente amenazadas.

En España, LUIS que no ha cumplido todavía los siete años, Felipe, Pedro y FERNANDO, hijos de FELIPE V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya, muerta ésta en 1714, son criados por la segunda esposa de FELIPE V, ISABEL de Farnesio, quien hace irritantes diferencias entre sus propios hijos y los de su antecesora. Por ello, y el desapego de su padre, LUIS y FERNANDO no recibirán una educación adecuada para quienes están llamados a ocupar el que todavía es el trono más importante de la tierra.

En 1715, Luis XIV ha muerto y Francia es gobernada por el regente Felipe de Orléans. Toda Europa se une contra FELIPE V, que piensa reconquistar sus posesiones en Italia y es empujado a ello por su mujer, ISABEL Farnesio, y su primer ministro el cardenal ALBERONI. Al mismo tiempo, FELIPE V ha decidido no tener en cuenta el Tratado de Utrecht, que le obliga a renunciar a cualquier pretensión sobre el trono de Francia.

La Inquisición no se anda con remilgos para excomulgar a Macanaz inmediatamente. El rey, influenciado ya por Isabel de Farnesio, no hace nada para evitarlo. Melchor de Macanaz sale desterrado para Francia el 7 de febrero de 1715 y no vuelve a pisar tierra española hasta 1748, para ser encarcelado en el Castillo de San Antón, de La Coruña, por el nuevo monarca, Fernando VI. Y solamente en 1760 pocos meses antes de morir, es liberado Macanaz de aquella injusta prisión por Carlos III, hermanastro del anterior, quien permitirá al achacoso anciano que cruza la Península de punta a cabo para que fuera a morir, ya desdentado, sin fuerzas y con la cabeza medio perdida, a Hellín, su patria chica.

Tiene lugar en Jadraque (Guadalajara) una entrevista entre la reina de España, Isabel de Farnesio, que acudía a reunirse por primera vez con su marido Felipe V y la princesa de los Ursinos, que había salido a recibirla. De ella resultará la expulsión de la dama de la corte (Isabel había sido aconsejada por el valido, el cardenal Giulio Alberoni, que «se librara de ella cuanto antes»).

El 24 de diciembre de 1715, FELIPE V ratifica su matrimonio con ISABEL de Farnesio, en Guadalajara. Las ceremonias se celebraron en el Palacio del Infantado de la capital alcarreña.

Nace CARLOS (el que será CARLOS III) hijo de FELIPE V e Isabel de Farnesio, reyes de España. Inicialmente rey de las Dos Sicilias, por fallecimiento de sus dos hermanastros mayores, reinará en España a partir 1759.

En 1717 el abate ALBERONI es investido cardenal por el Papa, lo que contribuye a zanjar antiguas diferencias entre España y Roma. Este curioso personaje que ha conseguido dominar los resortes de la política nacional, y que ha llegado a España como representante del duque de Parma, favoreciendo con su gestión la candidatura de ISABEL, para el segundo matrimonio de FELIPE V, sigue siendo el encargado de Negocios de Parma, y aunque aparentemente no interviene en la política interior española, su influencia en la reina, de la que es consejero, y también en el rey culmina con su nombramiento como primer ministro.

Durante el reinado de Felipe V se realizaron grandes obras de infraestructuras en el puerto de Barcelona y se creó en Barcelona la Real Academia Militar de Matemáticas y Fortificación, la única que existía en España para la formación de ingenieros, ideada a imagen de la Real Academia de Bruselas.