SAN POLICARPO (Obispo de Esmirna)

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IGNACIO, obispo de Antioquía, es conducido a Roma y arrojado a las fieras en tiempo de Trajano.


IGNACIO, obispo de Antioquía, ha sido conducido a Roma y es, alrededor de esta fecha, arrojado a las fieras. IGNACIO ruega a sus amigos influyentes que no intervengan y le priven de sufrir en el Señor. Esta actitud será considerada herética más avanzado el siglo, cuando POLICARPO, obispo de Esmirna, establezca una norma al abstenerse de hacer nada que provoque a las autoridades. La Iglesia no cederá en la cuestión del culto al emperador o la divinidad de Cristo, pero por lo demás intentará no buscar problemas. Las siete cartas que se conocen de IGNACIO de Antioquía, escritas durante su traslado a Roma, son importantes desde un punto de vista doctrinal, en cuanto atestiguan por primera vez la existencia de una jerarquía eclesiástica que comprende: Obispos, Presbíteros y Diáconos. Sin embargo, no queda claro la idea de primado , ni tampoco su punto de vista exacto sobre la Eucaristía. POLICARPO, nos dejará un testimonio precioso acerca de la autenticidad de las cartas de IGNACIO: la epístola (año 154) con que enviará la colección de las siete cartas a los fieles de Filipos. Las siete cartas van dirigidas a las comunidades de: Éfeso, Magnesia, Tralia, Filadelfia, Esmirna, Roma y a Policarpo de Esmirna.

Carta de POLICARPO, en la que hace referencia a las siete cartas de Ignacio de Antioquía.


Carta de POLICARPO, obispo de Esmirna, en la que hace referencia a las siete cartas de Ignacio de Antioquía, martirizado el año 117. POLICARPO, utiliza la palabra «católico» en ambos sentidos: tres veces con el significado de iglesia universal y una vez con el sentido de auténtica. Se reconoce como «Obispo de la Iglesia Católica de Esmirna.»

ANICETO -papa- (155-166). Destacará en el pontificado de ANICETO su entrevista con POLICARPO.


ANICETO -papa- (155-165). Destaca en el pontificado de ANICETO su entrevista con POLICARPO, obispo de Esmirna quien, unos meses antes de su muerte, se traslada a Roma para tratar con el papa diversos temas que preocupan a la Iglesia de Oriente, en especial el de la fecha en que debe celebrarse la fiesta de Pascua. En efecto, al principio la fiesta de Pascua sólo se celebraba por los cristianos de Oriente, contentándose los de Occidente con la “fracción del pan” cada domingo. En todo caso, en estas fechas, todos los cristianos celebraban la Pascua, pero estaban divididos en cuanto a la fecha precisa. En algunas provincias de oriente, los cristianos conservaban el día de la Pascua judía. En todos los demás lugares se eligió el domingo siguiente a la fiesta judía. Es muy estimado el testimonio de POLICARPO, porque ha conocido a Juan, discípulo directo de JESÚS. El hecho de que constituye una especie de eslabón con los apóstoles y con Cristo, explica, por ejemplo el deseo del papa ANICETO de entrevistarse con él.