SANTO GRIAL

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Himmler vuela a Barcelona visitando Montserrat en busca del santo grial.


El día 23 de octubre, último día de la visita de Himmler a España  donde ha preparado el encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya, hace una escapadita a Catalunya, concretamente a Montserrat a fin de ver si daba en la montaña sagrada de los catalanes con el Grial, una de sus lunáticas obsesiones. El abad del monasterio, Antoni Maria Marcet, se niega a recibir al jefe nazi, furibundo anticatólico y antisemita. Es el joven monje Andreu Ripoll, que habla alemán, quien hace, a regañadientes, de anfitrión. La visita es muy tensa. Cuando la comitiva se detiene ante la imagen negra de la Virgen de Montserrat, el padre Ripoll explica la costumbre de besarla. Como respuesta, Himmler comenta: “Ya acabaremos nosotros con estas supersticiones”. En realidad, a Himmler sólo le interesa encontrar pruebas que confirmen que el Santo Grial está en Montserrat, convencido de que el monte catalán es el Montsalvat de la leyenda Parsifal de Wagner. Cree que quien posea la reliquia gozará de un poder sobrehumano. Himmler insiste en examinar documentos antiguos en la biblioteca del monasterio, sin resultado alguno.