Los alemanes han indicado que el Duce debe trasladarse con ellos a Merano. En la fecha MUSSOLINI sale de Milán y llega con sus jerarcas a Como, a las nueve de la noche.

Llegada del Duce a Menaggio, a las cinco de la mañana del día 26 de abril. A primera hora de la tarde, Mussolini llega a Grandola, cerca de la fontera suiza. Alli se le une su amada Claretta Petacci. Milán está bajo control partisano. Mussolini cuenta en este momento sesenta años y nueve meses; en cuanto a su amante no pasa de los treinta y tres.

En la madrugada del día 27 se une al grupo de Mussolini, Pavolini y un pequeño grupo de camisas negras. Regresan a Menaggio, donde todos se unen a un convoy alemán camino de Innsbruk. El Duce viaja en el camión blindado de la Brigada negra Lecco. A las siete de la mañana, cerca de Dongo, se encuentran la carretera cortada con un árbol por los partisanos. Se trata de la 52 brigada de partisanos «Garibaldi». Mussolini al darse cuenta que la columna es registrada, pasa a un camión alemán y se viste con el uniforme de un sargento de la Luftwaffe. Pero es descubierto y detenido sin ninguna oposición por parte de los alemanes. Es trasladado con Clara Petacci a una casa-cuartel de guardias fronterizos, cerca de Dongo.

En la fecha, después de varias comunicaciones telefónicas entre los dirigentes de la resistencia y con el aviso de que al día siguiente llegará un avión de los Aliados dispuesto para recoger al Duce para ser juzgado por las Naciones Unidas, se decide por los partisanos su ejecución. De madrugada, Mussolini y su amante, parten en dirección a Blevio, a medio camino se decide trasladarlos a una casa de montaña en el término municipal de Mezegra.

A las cuatro de la tarde de ese día, MUSSOLINI y su amante, son introducidos en un automóvil y a menos de un kilómetro de Giulino de Mezegra, obligados a descender. El Duce y Clara Petacci son ejecutados con dos ráfagas de la ametralladora del comisario local después que fallara una ametralladora Sten y un revolver. A MUSSOLINI fue necesario darle el tiro de gracia ya que con ocho balas en el cuerpo todavía respiraba. También otros prisioneros son ejecutados y todos sus cadáveres, junto con los d?el Duce y Clara Petacci son llevados en un camión hacia MlLÁN. Los cuerpos del Duce y Clara Petacci son colgados cabeza abajo para exponerlos al público vituperio. El jefe de la resistencia, general Cardona, envía al Cuartel General de los aliados el famoso telegrama: «Lamento no poder entregarles a Mussolini, que ha sido juzgado por un tribunal popular y fusilado en el mismo lugar d?onde los fascistas asesinaron a quince patriotas».