GUERRA DE AFRICA o Primera guerra de Marruecos (1859-1860)

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En Ceuta los cabileños de Anyera destruyen las obras del puesto de guardia español de Santa Clara.


En Ceuta, que a lo largo del siglo XIX y principio del XX es un penal militar, los cabileños de Anyera destruyen, en el mes de agosto, las obras del puesto de guardia español de Santa Clara destrozando el escudo de España labrado en uno de los pilares de la línea de demarcación con el pretexto de que estas obras se adentran en sus dominios. Las respuestas del sultán Muley ‘Abd al-Rahman y de su hijo y sucesor Muhammad ibn ‘Abd al-Rahman a las exigencias españolas no dejan satisfecho al primer Gobierno de la Unión liberal (1858-63). Sucesos similares ocurren en otros puestos y el gobierno español, por mediación del cónsul de Tánger, envía un ultimátum en el que se exige la reposición de los escudos españoles en su sitio, se castigue a los culpables y se adopten medidas para evitar nuevos atropellos.

O’DONNELL declara unilateralmente la guerra a Marruecos con la aparente intención de vengar agravios.


Debido a los acontecimientos del pasado mes de agosto, en medio del entusiasmo popular, la simpatía de las naciones continentales, y el recelo de Gran Bretaña, declara unilateralmente la guerra (22/10/1859) con la aparente intención de vengar agravios. De esta manera se inicia la larga «Guerra de África» (1859-1860) o Primera Guerra de Marruecos. La Unión Liberal lleva a término una política de intervención exterior que busca cohesionar el país. Se emprenden diversas operaciones exteriores, la más importante de las cuales es la expedición del norte de África. En Catalunya, esta operación despierta un gran entusiasmo en amplios sectores de la sociedad. Las fuerzas españolas, al mando supremo del propio presidente del gobierno, el general O’DONNELL, formadas por unos 35.000 soldados, son inferiores en número a las marroquíes, a las que, no obstante, vencerán en diversas batallas. Catalunya participará con 500 soldados voluntarios y con la singular figura del general Joan PRIM. La Guerra de África permitirá a O’DONNELL capitalizar un éxito «para la galería».

Esta pieza también aparece en ... O DONNELL (Presidente de Gobierno de España)

España emprende acciones bélicas que pronto desembocarán en guerra abierta contra las cábilas de Marruecos.


España emprende acciones bélicas, desde las islas Chafarinas, que pronto desembocarán en guerra abierta contra las cábilas de Marruecos, por destruir unas fortificaciones en Ceuta.

Esta pieza también aparece en ... ISABEL II (Reina de España) (1833 / 1843-1868)  • MARRUECOS

En el valle de los Castillejos (Marruecos), las tropas de PRIM están a punto de sufrir un serio revés.


La guerra de África le proporciona a PRIM una enome popularidad. En el valle de los Castillejos (Marruecos), sus tropas están a punto de sufrir un serio revés en una operación dentro de la llamada Guerra de Marruecos. El comportamiento de este militar que culmina así su carrera militar, y la llegada de Zabala salvan la situación.

O’Donnell comienza la marcha hacia Tetuán, con el apoyo de los voluntarios catalanes. Caerá el 6 de febrero.


El 1 de enero de 1860, el general Prim avanzó en tromba hasta la desembocadura de Uad el Jelú con el apoyo al flanco del general Zabala y el de la flota que mantenía a las fuerzas enemigas alejadas de la costa. Las refriegas continúan hasta el 31 de enero cuando es contenida una acción ofensiva marroquí, y O’Donnell comienza la marcha hacia Tetuán (Batalla de Tetuán), con el apoyo de los voluntarios catalanes. Recibía la cobertura del general Ros de Olano y de Prim en los flancos. La presión de la artillería española desbarata las filas marroquíes hasta el punto de que los restos de éste ejército toman refugio en Tetuán, que caerá el día 6 de febrero.

Las tropas españolas que han vencido en los Castillejos, toman Tetuán en la gloriosa batalla de Tetuán.


En la fecha, las tropas españolas que han vencido en los Castillejos, toman Tetuán en la gloriosa batalla de Tetuán. Estas hazañas motivan que se componga la famosísima marcha de «Los voluntarios catalanes en África», normalmente conocida por sus primeras palabras: «Los voluntarios». En todas las operaciones destaca un caudillo militar llamado a ejercer gran influencia política: Juan Prim y Prats.

La Guerra de África se prolonga hasta la victoria del ejército español en Wad-Ras.


Desde el mes de febrero se han establecido negociaciones para acabar con el conflicto entre España y Marruecos, sin embargo, ante la imposibilidad de acuerdo, la guerra se prolonga hasta la victoria del ejército español, el día 23 de marzo, en Wad-Ras. En efecto, las tropas españolas al mando de O’DONNELL logran reducir a las bandas del sultanato en Wad-Ras. Todas estas batallas aunque la mayoría son victoriosas tienen también un costo amargo para España: 59 millones de pesetas y… 10.000 bajas (la mayor parte de ellas, a causa del cólera). Pese a esta victoria,  se detuvo el avance hacia Tánger y se firmó un armisticio de paz.

O’DONNELL y PRIM reciben los títulos de duque de Tetuán y conde de los Castillejos, respectivamente.


O’DONNELL y PRIM reciben los títulos de duque de Tetuán y conde de los Castillejos, respectivamente, en reconocimiento a sus méritos militares. Esta primera guerra con Marruecos une en un solo frente patriótico a todos los partidos políticos, se implantan nuevos tributos para financiar la campaña y la propia reina ISABEL II ofrece sus joyas para sufragar los gastos.

Tras la Guerra de África, se hace acampar al ejército victorioso en un descampado al norte de Madrid


Tras la Guerra de África, se hace acampar al ejército victorioso en un descampado al norte de Madrid, mientras se hacen los preparativos para una entrada triunfal en la capital, que nunca sucedió. Alrededor del campamento —que de provisional se iba convirtiendo en permanente— se fueron instalando comerciantes y se creó el barrio conocido hasta hoy como «Tetuán de las Victorias».

La Guerra de África termina con el Tratado de paz de Wad-Ras.


La Guerra de África termina con el Tratado de paz de Wad-Ras entre el sultán Muley el Abbas y el general O’DONNELL. El sultán cede a España Ifni en reconocimiento del fortín, Santa Cruz de Mar Pequeña, citado en el testamento de Isabel la Católica; cede también Tetuán como aval de las reparaciones de guerra (dos años más tarde se cambiará la ciudad por la intervención de las aduanas marroquíes); se pacta, asimismo, la ampliación de los perímetros de Ceuta y Melilla, y diversas ventajas comerciales. El orgullo colonial español muy deteriorado después de la emancipación americana, se recupera y empieza el sueño de un imperio colonial en el Magreb. Figura también en este tratado la ratificación de los convenios preexistentes sobre los peñones de Vélez de la Gomera y de Alhucemas, así como el pago de una indemnización de guerra de cien millones de pesetas, que nunca se hará efectiva. En este tratado no se hace mención expresa del islote de Perejil (Leila). En la península el tratado se recibe con desilusión. Con los cañones arrebatados se funden los leones que pasan a ‘guardar’ las puertas del edificio de las Cortes (Congreso de los Diputados) en Madrid.