JOAN ALSINA (Sacerdote catalán asesinado en Chile)

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Llega a Chile, donde pretende estar unos años, el sacerdote español Joan Alsina nacido en Castelló d’Empúries (Catalunya/España).


Joan Alsina nacido en Castelló d’Empúries (Catalunya / España). Es ordenado sacerdote después de estudiar en el Seminario Iberoamericano de Madrid. En el intento de ser fiel a las enseñanzas del Concilio busca fórmulas para trabajar en el mundo. Llega a Chile en 1968, donde pretende estar al menos 10 años. Es destinado a la parroquia de San Antonio, donde ejerce su ministerio y donde toma contacto con el Movimiento Obrero de Acción Católica (MOAC).

En 1970, Alsina ingresa a trabajar en el Hospital de San Antonio mientras en las tardes atiende la parroquia.


En 1970, Alsina ingresa a trabajar en el Hospital de San Antonio mientras en las tardes atiende la parroquia. Sin embargo, esto no es visto con buenos ojos por el vicario de la Zona Rural-Costa de entonces, René Vío, quien lo pone en la disyuntiva de abandonar el hospital o la parroquia. Alsina prefiere dejar la parroquia.

En un barrio popular al noreste de Santiago, en abril de 1973, Juan Alsina es nombrado jefe de personal del Hospital San Juan de Dios.


En un barrio popular al noreste de Santiago, en abril de 1973, Juan Alsina es nombrado jefe de personal del Hospital San Juan de Dios. Vive con el sacerdote Alfonso Baeza y trabaja en el MOAC.

El 11 de septiembre de 1973 sorprende a Joan Alsina sin que tenga regulada su situación en Chile.


Cumplidos cinco años de su llegada a Chile, en 1973, su contrato de misionero debe renovarse o caducar, situación que el vicario Vío se encarga de comunicar al Arzobispado. El 11 de septiembre de 1973 lo sorprende sin que tenga regulada su situación. (Esto motivará que se diga de él más tarde que “ya no era cura”, o que había entrado al MIR, y apoyara la versión oficial de que “murió en un enfrentamiento”.)

En Chile, el sacerdote Alsina, preocupado por sus compañeros de trabajo, decide ir al hospital, pese a que le aconsejan no hacerlo.


En Chile, el 19 de Septiembre de 1973, el sacerdote Alsina, preocupado por sus compañeros de trabajo, decide ir al hospital, pese a que le aconsejan no hacerlo porque está buscado por los militares. En efecto, en este mismo día, es detenido en el propio establecimiento por una patrulla del regimiento Yungay del ejército, al mando del capitán Mario Caravés. Tras su detención, es golpeado y torturado hasta dejarlo inconsciente. Después es llevado al Internado Barros Arana, habilitado para campo de prisioneros.

Es asesinado en Chile el sacerdote catalán Joan Alsina.


El religioso jesuita Esteban Rodríguez va a visitar a Joan Alsina y lo confiesa; también cumple con informar al capitán Mario Carávez (al mando de la “operación limpieza” del Hospital San Juan de Dios y de la universidad Técnica del Estado) que Juan Alsina es efectivamente un sacerdote. Carávez no le cree y pide entonces a otro cura, el capellán Felipe Gutiérrez, que trabaja en el Ministerio de Defensa, que lo visite. A su regreso, Gutiérrez le dice a Carávez: “A éste, si no lo matas, él te matará a ti y a toda tu familia”. Más tarde, Joan Alsina  es llevado hasta el Puente Bulnes, que cruza el Río Mapocho, en la capital chilena, donde es fusilado con una ráfaga de ametralladora por el soldado Nelson Bañados. Joan Alsina tenía 31 años.

Es condenado a cinco años de prisión Donato López Almarza, por el asesinato en Chile del sacerdote catalán Joan Alsina.


De los que participaron en el asesinato del sacerdote catalán Joan Alsina, sólo queda el responsable del regimiento Yungay al que pertenecían los autores materiales del asesinato. Se trata del mayor retirado del ejército Donato López Almarza. El 18 de octubre de 2005 es condenado a cinco años de prisión por dicho asesinato perpetrado ocho días después del golpe de Estado que derrocó al Gobierno democrático de Salvador Allende. El caso Alsina es uno de los crímenes más emblemáticos de la dictadura chilena. En la actualidad, tanto Caravés como Bañados ya han fallecido pero este último, antes de suicidarse atormentado por haber cometido este crimen, reconoció el asesinato y se declaró profundamente arrepentido. Bañados escribió que cuando se disponía a vendarle la cara a Alsina, éste le pidió que no lo hiciera, porque quería mirarle a los ojos para perdonarle cuando le disparara.