En 1851, las autoridades portuguesas aprovechan el fracaso del Gobierno de la Dinastía QING para invadir y anexionar a su territorio las islas Taipa y Coloane que se encuentran al sur, triplicando así la superficie de Macao. La península y las dos islas serán unidas posteriormente, por varios puentes. Cubre una superficie total de 23,5 Km² y cuenta con 450.000 habitantes.

Para resolver las disputas entre China y Portugal, se firma en 1887 un tratado de comercio y amistad, conocido como el Tratado Chino-portugués de Pekín. En el mismo, Portugal se posesiona formalmente de Macao y China reconoce el derecho perpetuo de Portugal sabre Macao.

En 1928, la República de China logra deshacerse del Tratado Chino-portugués de Pekín, que es reemplazado por el Tratado Preliminar de Amistad y Comercio entre la República de China y la República Portuguesa. Aunque queda sin decidir la posición de Macao, China recobra los derechos para realizar negociaciones aduaneras, comercio costero, navegación fluvial, de construcción de faros y colocación de boyas.

Durante el siglo XX, las convulsiones políticas que sacuden a China provocan muchos movimientos migratorios hacia la región de Macao, en la zona sur de China. Esto ocurre de manera muy especial durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Macao, gracias a la neutralidad de Portugal, se libra de la invasión japonesa que sufren China y Hong Kong.

Tras la subida al poder del Partido Comunista Chino en China en 1949, muchos simpatizantes del derrotado Kuomintang se refugiaron en Macao, donde se producirían numerosos momentos de tensión entre partidarios del Partido Comunista y del Kuomintang, en particular durante la Revolución Cultural.  Por otra parte, las derrotadas fuerzas del Kuomintang comienzan a replegarse hacia el sur de China. A lo largo del año, fueron cayendo en cadena las ciudades más importantes, obligando al Kuomintang a trasladar la capital sucesivamente de Nanjing a Wuhan, Chongqing y, finalmente, Chengdu.

Portugal, que tiene dificultades para mantener el territorio de Macao, ofrece a China su devolución en 1967. En aquellos momentos de agitación política bajo el maoísmo, el Gobierno chino rechaza la oferta de asumir la administración de Macao.

Portugal, como ha ocurrido en 1967, tiene dificultades para mantener el territorio de Macao. Por ello, ofrece a China la devolución de este territorio en 1974. El cobierno chino, por las mismas razones que en 1967, rechaza de nuevo la oferta de asumir la administración de Macao pero aboga por resolver este problema legado por el pasado de forma pacífica y adecuada, cuando las condiciones esten maduras para ello.

El 3 de octubre de 1984, Deng Xiaoping, Presidente de la Comisión Central de Asesoramiento del Partido Comunista de China, recibe a todos los miembros de una delegación de compatriotas de Hong Kong y Macao que asisten a las ceremonias del Día Nacional. Durante este encuentro, Deng anuncia por primera vez que el problema de Macao, como antes el de Hong Kong, se resolverá mediante la aplicación del principio de “un país, dos sistemas”. Un calco del acuerdo alcanzado con el Reino Unido para Hong Kong.

En el curso de la visita a China efectuada por el Presidente de Portugal Antonio R. Eanes durante los últimos diez días de mayo de 1985, los dirigentes de ambos países consideran que las condiciones para resolver el problema de Macao, legado por la historia ya están maduras y acuerdan entablar negociaciones por vía diplomática.

Desde junio de 1986 hasta marzo de 1987, China y Portugal celebran cuatro rondas de negociaciones para resolver el caso de Macao. El 23 de marzo, ambas partes publican un comunicado de prensa en el que se declara lo siguiente: “Hemos examinado y aprobado el proyecto del acuerdo y hemos alcanzado un consenso sobre los contenidos”. En el mismo comunicado se decide que “los jefes de las delegaciones gubernamentales de ambos países firmarán en Beijing la Declaración Conjunta del Gobierno de la República Popular China y el Gobierno de Portugal sobre el Problema de Macao”.