Nace, en la fecha, un sábado santo, Joseph Ratzinger en Marktl am inn en Baviera (Alemania) hijo de un comisario de gendarmería que provenía de una familia de agricultores. Su padre es muy religioso. Al final de la II Guerra Mundial es llamado por el servicio antiaéreo y reclutado -de manera forzada, según sus biógrafos- en las Juventudes Hitlerianas. El joven Ratzinger, estudia en la Escuela Superior de Filosofía y en la universidad de Múnich.

Joseph Ratzinger, es ordenado sacerdote.

Joseph Ratzinger, tras ser ordenado sacerdote, a partir de 1959 ejerce de profesor de teología en las más importantes cátedras germanas.

En los primeros años sesenta, a Hans Küng y Joseph Ratzinger, el que llegará a ser Papa Benedicto XVI, les unen lazos de amistad que se enfriarán posteriormente al adoptar ambos distintas sensibilidades eclesiales. En efecto, Ratzinger y Küng comparten ideas; ambos participan en el Concilio Vaticano II como estudiosos “liberales” y ambos son profesores en la Universidad de Tubinga (Alemania).

Pablo VI designa a Joseph Ratzinger arzobispo de Múnich y Freising y el 27 de junio de este mismo año, tres meses después, es creado cardenal.

Juan Pablo II, nombra a Joseph Ratzinger prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (órgano fundado en 1542 como Sagrada Congregación de la Inquisición Universal) y lo renovará por tiempo indefinido.

El 19 de abril de 2005, una fumata blanca sobre el Vaticano indica que el primer Cónclave del siglo XXI ya ha asignado al sucesor de Juan Pablo II. La elección no sorprende en exceso. Joseph Alois Ratzinger, lleva años ejerciendo distintos puestos de responsabilidad en la curia Vaticana. Tras la pérdida de un Papa tan querido como Juan Pablo II, el nuevo Sumo Pontífice quiere dejar, desde su aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro, las cosas muy claras. Él seguirá la senda marcada por su antecesor. Y ésta tiene el nombre de unidad y fraternidad entre los más de mil millones de cristianos que pueblan la Tierra. Pontificará como BENEDICTO XVI (19/4/2005 – …… ). “Cuando lentamente – según su confesión- el desarrollo de las votaciones me permitió comprender que, por decirlo así, la guillotina caería sobre mí, me quedé desconcertado. Creía que había realizado ya la obra de toda una vida y que podía esperar que terminaría tranquilamente mis días. Con profunda convicción dije al Señor: “¡No me hagas esto! Tienes? personas más jóvenes y mejores que pueden afrontar esta gran tarea con un entusiasmo y una fuerza totalmente diferentes.”

El teólogo Hans Küng, el llamado “disidente del Vaticano” critica con dureza el Pontificado de Juan Pablo II e incluso después de su muerte, denuncia las “artimañas” que están ocurriendo en el Vaticano, impulsadas por el entonces cardenal Joseph Ratzinger para elegir a un nuevo Papa que siga la línea de Karol Wojtyla.

Una de las primeras decisiones que ha tomado Joseph Ratzinger tras ser elegido Papa va dirigida a acortar los tiempos para la beatificación de Juan Pablo II, que los fieles pedían ya en su funeral con recordadas pancartas de santo subito (santo ya). Según el derecho canónico, una causa de beatificación puede comenzar sólo si han transcurrido cinco años desde el fallecimiento del candidato. Benedicto XVI anunció en mayo del 2005 su dispensa para que la causa pudiera empezar antes de ese plazo. Así, en la fecha comienza el proceso, por el que un tribunal eclesiástico diocesano de Roma se encargará de dilucidar si Karol Wojtyla (1920-2005) debe ser elevado a los altares para el culto local como beato. Según las normas canónicas, el postulador, o defensor de la causa, debe presentar una “positio”,un expediente con documentos, declaraciones de testigos y un milagro atribuido al candidato a beato. Slawomir Oder viajó en marzo a Francia para escuchar a una religiosa enferma de Parkinson cuyas compañeras “pidieron la intercesión de Juan Pablo II” para que se curara. Corresponderá a una comisión médica comisionada por la Santa Sede estudiar si fue una curación inexplicable.

Viaje a Colonia (del 18 al 21 de agosto) de BENEDICTO XVI.