Por el Tratado de Verdún (843), el Imperio carolingio es dividido entre tres nietos de Carlomagno. CARLOS II el Calvo recibe la Francia Occidental (la actual Francia) y el norte de la Península Ibérica. LOTARIO I adquiere el título imperial (840-855) aunque sin tener autoridad sobre sus hermanos. (Tiene bajo su control las dos capitales imperiales: Aquisgrán y Roma). Por otra parte, recibe el área central que comprende desde el mar del Norte a través de Lotaringia (Lorena) y Borgoña hasta los territorios del norte de Italia; el tercero, LUIS II el Germánico, recibe Francia del Este (la región que comprende la actual Alemania). El Tratado de Verdún, origen de la fragmentación política de Europa que perdurará hasta nuestros días, es concebido como una solución transitoria a este enfrentamiento de hermanos, pero poco después sus estipulaciones irán cambiando por el encadenamiento de los hechos. La separación de Francia Occidentalis (el reino Franco Occidental, o Francia) de Francia Orientalis (el reino Franco Oriental, o Alemania) permanecerá todavía en el siglo XXI.
TRATADO DE VERDÚN (843)
Total de piezas: 3
Tras la división del Imperio, el único punto aglutinador es la Iglesia.
De esta luchas intestinas en el Imperio, la Iglesia saca una mayor independencia respecto al emperador presentándose como el único punto aglutinador y apoyando la idea de «imperium» como elemento de unidad en una sociedad dividida, sin un poder temporal claro, donde cada uno gobierna en su territorio. Por otra parte, Occidente vive la religión como un hecho integrante de lo social; el hecho de que no podamos separarlos es precisamente uno de los valores difíciles de entender desde nuestro punto de vista contemporáneo. El triunfo del infiel, por otra parte, proclama la inminente venida de la bestia, tal como así puede interpretarse de una lectura excesivamente literal de los textos del Apocalipsis de S.Juan. Para el hombre medieval, el judío y el sarraceno eran elementos negativos, sintomas de la llegada del Anticristo. Los primeros porque cargan con el estigma de haber condenado a Jesús y los segundos porque su religión es el resultado del triunfo de un falso profeta.
Por el Tratado de Verdún, los Paises Bajos quedan repartidos entre LOTARIO y CARLOS el Calvo.
Los Países Bajos pasan a formar parte, tras el Tratado de Verdún, de las regiones denominadas Lotaringia y Neustria, regidas la primera por el rey franco LOTARIO I y la segunda por el rey franco CARLOS II el Calvo. La parte más al sur es la que queda en Francia y la parte central y norte queda en Lotaringia. Esta división, así como sus antecedentes (romanización efectiva sólo del sector «francés») constituyen el origen histórico del tradicional conflicto belga entre el norte germánico y el sur latino.