El papa CALIXTO II obra con rapidez, una vez lograda la paz con el emperador y las garantías para la libertad de la Iglesia. Quiso proceder en seguida a actualizar la reforma eclesiástica que había constituido la meta principal de los pontífices que inmediatamente le precedieron. Con este fin, piensa en reanudar las asambleas generales, interrumpidas durante más de doscientos cincuenta años. Y, a diferencia de los antiguos, el papa convoca -no el emperador- a todos los obispos del orbe para el IX concilio universal.
CONCILIO ECUMÉNICO 09 (I de Letrán) (1123)
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En el primer Concilio lateranense será ratificado el Concordato de Worms de 1122.
En el primer Concilio lateranense será ratificado el Concordato de Worms de 1122 que pone fin a la lucha de las investiduras y condena la simonía, el concubinato clerical y el matrimonio de los clérigos (nicolaismo). Serán famosos los veintidós cánones disciplinares del Concilio. Asisten unos trescientos obispos, según el cómputo del abad Sugerio, y en total, según Pandulfo, novecientos noventa y siete entre obispos y abades.
El papa CALIXTO II, preside el I Concilio lateranense (IX Concilio Ecuménico).
El 11 de marzo de 1123 se inicia el I Concilio lateranense (IX Concilio Ecuménico) (Hasta el 6/4). Primer concilio ecuménico de Occidente en la basílica de San Juan de Letrán, inmediata a la residencia del pontífice. Es presidido por el papa CALIXTO II. Los ocho primeros concilios se han desarrollado en el Oriente por ser ahí donde se originaron las controversias. En el siglo once el Oriente se separa de Roma y los concilios -trece más hasta empezar el siglo XX- se celebrarán en el Occidente de Europa. Por una coincidencia histórica, el papa que concluirá la lucha por la libertad de la Iglesia y del yugo del poder laico, CALIXTO II, ha sido elegido en Cluny, allí donde se han originado los ideales de la reforma.