Mientras, el PP ha iniciado una campaña de recogida de firmas en toda España para pedir un referéndum sobre el Estatut. En abril presentan la petición en el Congreso de los Diputados, acompañada de cuatro millones de firmas, que será rechazada.

Paralelamente, el obispo de Lleida, Ciuraneta, se ha visto obligado a pedir formalmente que se descataloguen las 113 obras en conflicto para poderlas entregara a Barbastro-Monzón. El Obispo, aunque es contrario, ha de obedecer a Roma si no quiere ser excomulgado. Pero la sociedad civil ilerdense -que no se resigna y que ha creado la asociación Amics del Museu- advierte que romper la unidad de esta colección sería una anomalía sin precedentes que podría afectar todos los museos del mundo, incluidos los Vaticanos. En todo caso, la ribagozana vall de Boí ya ha advertido que si la Generalitat autoriza el traslado de las piezas, ellos pedirán «su» románico, actualmente en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.

El Concordato entre la Santa Sede y el Estado español dice que si bien la legislación española reconoce y respeta a los tribunales eclesiásticos y no puede presentar ningún recurso contra sus sentencias, en caso de conflicto de intereses, prevalece la legislación civil. Y si se desmembra la colección de arte del Museo Diocesano de Lleida es necesario poner en marcha la Ley de patrimonio de 1993, porque las piezas que están catalogadas no pueden salir del territorio catalán sin la autorización del titular del Departamento de Cultura de la Generalitat, siempre que los informes técnicos sean favorables.

Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat de Catalunya, remodela el Govern con la inclusión de Xavier Vendrell como conseller de Governació.

El 24 de abril de 2006, comienza la tramitación del texto del Estatut en el Senado, con la constitución de la ponencia, que finaliza el día 27 con el rechazo del veto del PP y todas las enmiendas.

La dirección de ERC anuncia que apoya todos los votos de rechazo al estatut -no, nulo y en blanco- y que pedirá de forma preferente «el voto nulo político».

La falta de precipitaciones en Catalunya se ha agudizado a lo largo del mes de mayo, de manera que esta comunidad ha registrado la primavera más seca del último decenio, según el Servei Meteorològic de Catalunya. En mayo del 2006, la media de precipitaciones registradas en Catalunya ha sido de 6 litros por metro cuadrado. Esto es sólo un 10% de lo que normalmente llueve en este mes de primavera: 58 litros. La escasez de lluvias ha alcanzado récords, como el registrado en el Observatori Fabra de la ciudad de Barcelona, en donde se ha estado a punto de rebasar el nivel mínimo histórico. Sólo la precipitación del último día del mes lo impidió. Este mes de mayo se han registrado sólo 3,6 litros por metro cuadrado en este observatorio de Barcelona repartidos en dos solitarios días de lluvia. El Servei Meteorològic de Catalunya señala en un informe que éste es el récord absoluto desde hace 92 años en esta estación de Barcelona. Pero si se visita la página web del Instituto Nacional de Meteorología se comprueba que en mayo del 1955 se obtuvo una cifra inferior, al medirse sólo 3,3 litros por metro cuadrado.

Sin embargo, el nivel de reservas de agua que abastecen la región de Barcelona y Girona está en el 83% de su capacidad. Los diversos suministros de agua en las cuencas internas catalanas están más que garantizados. La situación dista mucho de la registrada el año pasado por estas fechas, cuando regía un decreto con restricciones de agua para diversos usos (agrícolas, industriales, campos de golf y usos municipales ornamentales). En las comarcas internas de Catalunya (Muga, Ter, Llobregat, Cardener, Foix, Siurana i Riudecanyes), el nivel de los embalses presenta un nivel comparable al de los mejores años. Tienen el doble de las reservas que presentaban hace un año, cuando estaban al 47% de su capacidad. El sistema del Llobregat está al 76% de su capacidad y el del Ter alcanza el 87%.

Las asambleas territoriales de militantes de ERC desautorizan a la dirección y optan porque se vote no en el referéndum.

El 3 de mayo, el president Pasqual Maragall defiende el proyecto de Estatut en la comisión del Senado, que aprueba el texto dos días después con el redactado que traía del Congreso, tras rechazar todas las enmiendas.