El rechazo a la Constitución en el País Vasco, homogeneiza a las distintas alternativas nacionalistas.

El 7 de diciembre de 1978 JUAN CARLOS I, Rey de España sanciona la Constitución en un pleno de ambas Cámaras, dos días después entrará en vigor al publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Sin duda, la nueva concepción del estado español, el “estado de las autonomías”, que supone el paso de un estado excesivamente centralista a otro casi federal, es la gran aportación, históricamente revolucionaria, de la Constitución de 1978. Ahora el pueblo español cuenta con una “Ley de Leyes” verdaderamente democrática para comenzar su andadura por la nueva etapa de su Historia.

La Constitución española una vez ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, es posteriormente sancionada por el rey Juan Carlos I el 27 de diciembre y publicada en el Boletín Oficial del Estado el 29 de diciembre del mismo año. La promulgación de la Constitución implica la culminación de la llamada transición a la democracia, que tiene lugar como consecuencia de la muerte, el 20 de noviembre de 1975, del anterior jefe de Estado, el general y dictador Francisco Franco, precipitando una serie de acontecimientos políticos e históricos que transformarán el anterior régimen franquista en un «Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político», tal y como proclama el artículo primero (título preliminar) de la Carta Magna. En él también se afianza el principio de soberanía popular, y se establece la monarquía parlamentaria como forma de gobierno.

A partir del 19 de marzo de 1812, España ha tenido un total de siete constituciones completamente articuladas, incluyendo la actual de 1978. Esta lista no incluye el Estatuto de Bayona, aprobado por José I en 1808, que muchos autores no lo contemplan como una constitución propiamente dicha, por ser impuesta tras la invasión napoleónica.