Sin duda COSROES II no quiere desaprovechar esta buena excusa -el asesinato de Mauricio, emperador romano de Oriente- para derrotar y despedazar al Imperio oriental, que ya se está disgregando bajo el inepto gobierno de FOCAS. Su tarea se ve facilitada porque gran parte de la población de Siria y Egipto es monofisita, esto es, cree que JESUCRISTO es totalmente divino. La doctrina oficial católica, profesada por Constantinopla, es que JESUCRISTO tiene una doble naturaleza humana y divina, y que sufrió como hombre. Los monofisitas son perseguidos sin descanso por los católicos emperadores de Constantinopla, y el odio que los monofisitas conciben contra los católicos es tal, que se niegan a luchar y a morir por el emperador. Prefieren, por tanto, ser gobernados por los persas antes que por Constantinopla. En consecuencia, cuando empieza la guerra en 603, los persas no hallan al principio sino facilidades.
MONOFISISMO
Total de piezas: 24
El nestorianismo es desplazado por el monofisismo en Siria y Egipto, pero se extiende hacia Persia.
El nestorianismo es desplazado por el monofisismo en Siria y Egipto, pero se extiende hacia el Este, a Persia. Allí conservará su importancia aun después de que este país caiga en manos de los árabes. Los seguidores del nestorianismo llegarán a establecerse en pequeñas comunidades en la India y en China. Siguen las enseñanzas de Nestorio, que creía en la doble naturaleza de Jesús, humana y divina, pero las consideraba menos estrechamente unidas de lo que afirmaban los católicos.
Un sínodo romano condena el monotelismo y excomulga a los autores de ambos documentos (Ekthesis y Typus).
Tampoco los monofisitas aceptan en Bizancio la nueva formula doctrinal presentada por CONSTANTE II por considerarla insuficiente, con lo que la unión de los cristianos orientales está lejos de ser una realidad. En Roma la postura sigue siendo de tajante condena al monotelismo y un sínodo romano lo condena expresamente, excomulgando a los autores de ambos documentos (Ekthesis y Typus).
Bajo la influencia de los jesuitas, Etiopía se adhiere, hasta 1632, al catolicismo.
Bajo la influencia de los jesuitas, Etiopía se adhiere, hasta 1632, al catolicismo. El emperador Susneyos, convertido por el portugués Pedro Páez, acepta el envío de Roma de un patriarca católico (La Iglesia etíope se encontrará así ligada a Roma por algún tiempo); pero la resistencia nacional, favorable al monofisismo, sólidamente implantado desde el siglo VI, le obligará a abdicar. Por otra parte cada día hay un mayor porcentaje de musulmanes.