Durante el gobierno de GRACIANO en Occidente se produce la célebre disputa por el altar de la Victoria en el aula del Senado, en Roma. Como GRACIANO ha ordenado que sea quitado del Senado aquel altar pagano, los adalides del paganismo envían al emperador, que reside en Milán, a un orador ilustre, SÍMACO, para convencerlo y lograr que revoque la disposición. Es en vano. Pero ellos no desisten. GRACIANO es muerto por MAGNO MÁXIMO quien usurpa el trono imperial (383-388) proclamado por las legiones de Occidente. Entonces los senadores paganos recurren a VALENTINIANO que comparte con GRACIANO el imperio de Occidente y que tiene sólo trece años de edad. En aquella coyuntura, hace oír su voz el gran obispo de Milán, AMBROSIO, y su intervención marca la derrota de la diosa Victoria.
DISPUTA POR EL ALTAR DE LA DIOSA VICTORIA
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El general Arbogasto es nombrado emperador de Occidente con el nombre de EUGENIO.
El general Arbogasto es nombrado emperador de Occidente con el nombre de EUGENIO, quien con la ayuda de la nobleza pagana de Roma hace establecer de nuevo en Roma el culto pagano, restituyendo al senado la estatua de la Victoria. AMBROSIO de Milán mantendrá una postura ambivalente ante el sucesor de Valentiniano II, al que reconoce pero del que se mantiene apartado.
TEODOSIO I, dirige al senado en Roma un discurso exhortándolo a abandonar el paganismo.
TEODOSIO I, emperador de Oriente, dirige al senado en Roma un valiente discurso exhortándolo a abandonar definitivamente el paganismo. La estatua de la Victoria y todos los emblemas paganos son arrojados para siempre.